Parque Nacional de los Nevados
Paisaje distinto para explorar
Una de las riquezas de Colombia es la diversidad de climas y en este recorrido sí que se puede comprobar.
Si se habla de turismo de naturaleza en Colombia, el Parque Nacional de los Nevados ocupa el primer renglón. En sus 58.300 hectáreas de extensión se encuentran: el Nevado del Ruiz, de Santa Isabel y del Tolima, además de distintos ecosistemas de flora y fauna, espacios para camping y rutas ecológicas para los caminantes.
Para llegar a la cima del Ruiz, el más imponente de los tres que conforman el Parque, se deben recorrer 53 kilómetros desde Manizales por la vía que conduce a Bogotá.
En la entrada al parque natural, ubicada en la base de la montaña, los guías le dan la bienvenida al viajero y las primeras recomendaciones para disfrutar el paisaje.
Claves que van desde respetar la naturaleza, hasta subir con los vidrios del vehículo abiertos y utilizar abrigos sólo hasta que se esté en la mitad de la cuesta, para adaptarse al clima que alcanza los –10º centígrados en la parte más elevada.
Desde Manizales se inicia un recorrido de asenso hasta los 5.000 metros de altura, en donde se encuentra el manto blanco del nevado que se observa incluso desde Antioquia, Risaralda, Tolima, Cundinamarca y Santander, y que hace parte de la cadena de volcanes de la Cordillera de los Andes.
En el camino, ante los ojos del visitante desfilan rápidamente diversos tipos de vegetación, acordes con el piso térmico que varía a escasos kilómetros de distancia iniciando con la zona selvática virgen, que le da paso a especies de árboles y arbustos de menor tamaño, hasta el desierto gélido de la cúpula.
Dentro de su extensión protegida por el Sistema Nacional de Parques Naturales, se encuentran ejemplares de la vegetación nativa del país, como es el caso de la Palma de Cera, que alberga al Loro Orejiamarillo, que se encuentra en vía de extinción.
Precisamente por estas cualidades, se convirtió en un destino obligado para los observadores de aves y amantes de la naturaleza, los cuales no sólo pueden ver en estado silvestre al Loro, sino al Cóndor de los Andes, que de nuevo está poblando la zona.
Para llegar a la cima del Ruiz, el más imponente de los tres que conforman el Parque, se deben recorrer 53 kilómetros desde Manizales por la vía que conduce a Bogotá.
En la entrada al parque natural, ubicada en la base de la montaña, los guías le dan la bienvenida al viajero y las primeras recomendaciones para disfrutar el paisaje.
Claves que van desde respetar la naturaleza, hasta subir con los vidrios del vehículo abiertos y utilizar abrigos sólo hasta que se esté en la mitad de la cuesta, para adaptarse al clima que alcanza los –10º centígrados en la parte más elevada.
Desde Manizales se inicia un recorrido de asenso hasta los 5.000 metros de altura, en donde se encuentra el manto blanco del nevado que se observa incluso desde Antioquia, Risaralda, Tolima, Cundinamarca y Santander, y que hace parte de la cadena de volcanes de la Cordillera de los Andes.
En el camino, ante los ojos del visitante desfilan rápidamente diversos tipos de vegetación, acordes con el piso térmico que varía a escasos kilómetros de distancia iniciando con la zona selvática virgen, que le da paso a especies de árboles y arbustos de menor tamaño, hasta el desierto gélido de la cúpula.
Dentro de su extensión protegida por el Sistema Nacional de Parques Naturales, se encuentran ejemplares de la vegetación nativa del país, como es el caso de la Palma de Cera, que alberga al Loro Orejiamarillo, que se encuentra en vía de extinción.
Precisamente por estas cualidades, se convirtió en un destino obligado para los observadores de aves y amantes de la naturaleza, los cuales no sólo pueden ver en estado silvestre al Loro, sino al Cóndor de los Andes, que de nuevo está poblando la zona.
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A más de la mitad del recorrido, se encuentra la Selva Altoandina que da paso a diferentes climas de páramo los cuales alcanzan hasta los 5.000 metros de altura, sitio donde cae nieve durante gran parte del año.
A medida que se avanza en la carretera también se encuentran diferentes especies animales, como el oso de anteojos, la danta, el puma y el venado de cola blanca.
Además se pueden apreciar diferentes tipos de trocha para practicar el senderismo que permiten a los más osados caminar hasta la cúpula. Para los que no son deportistas, hasta la cima llega una carretera que permite el ingreso de vehículos, la cual finaliza en un sitio conocido como La Posada, propicia para hacer un alto, descansar y tomar aguapanela recién preparada.
En la actualidad, existen cabañas para alojamiento, sitios de camping, ecotiendas y planes turísticos guiados por empleados del parque, que conocen al dedillo toda la zona y prestan ayuda al viajero cuando la solicite.
Sacado del link: http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idedicion=1884&idcuerpo=1&dscuerpo=Secci%C3%B3n%20A&idseccion=5&dsseccion=Econ%C3%B3micas&idnoticia=161389&imagen=&vl=1&r=economica.php
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