Desde El Mundo publican este interesante artículo:
¿Y ahora qué?
Nota del Editor: Columna escrita por vicepresidente de la Academia Colombiana de Ciencias y Artes Cinematográficas - ACCAC, y productor General de 64-A Films, con ocasión de la Semana del Cine Colombiano 2010, que organiza el Ministerio de Cultura en todo el país, entre el 19 de octubre y el 7 de noviembre.
Nuestro cine se encuentra viviendo un momento histórico, producto de la confabulación de los ingredientes idóneos en la sopa cinematográfica local, la cual cada vez adquiere un mejor sabor, una mayor presencia y, sobre todo, un mayor compromiso: lograr que no solo sea un momento, que construyamos una industria estable y creciente, en medio del caos natural y necesario de este oficio.
Y es allí en donde surge la obligada y recurrente pregunta de qué cine debemos producir, y mi respuesta es atravesadamente básica: cine con vocación industrial, orientado al mercado, apartándome con furia del dilema eterno del cine de autor versus el cine comercial, pues desde mi punto de vista no tiene como mucho sentido. Lo importante ahora es salirnos de semejante debate y hacer cine para el público… para cual público? Para el de cada película, así sean tres mil o tres millones, pues en más de 120 años de historia del cine no hay una sola película que sea para todos los segmentos.
Y como me imagino que la sopa se agita con este comentario peregrino, me explico: una arriesgada, experimental y genuina película de autor, que haya sido financiada con seriedad e ingenio, producida con alta eficiencia y mercadeada con agresividad aplastante a su público objetivo, tendría altas probabilidades de ser un proyecto realmente comercial, con bajos niveles de riesgo e interesantes tasas de retorno. De igual manera, pero al revés, un proyecto etiquetado como “comercial”, que requiera una desbordaba taquilla – y no la logre –, de comercial solo le quedaría la etiqueta.
En este momento, como sector - y como individuos que tenemos la idea un tanto maniática de seguir haciendo cine hasta el último respiro - , no necesitamos 20 películas de un millón de espectadores cada una, necesitamos 20 largometrajes rentables, así sean con cinco mil espectadores.
Creo que es el momento de reinventarnos, de lograr coherencia y pertinencia entre contenido y mercado, de proponer una diversidad de temáticas y de esquemas de financiación, coproducción y recuperación, de llegar más lejos, de trabajar unidos y competir con los dientes, de tocar el cielo con los pies en la tierra. Llegó el momento de mostrar de qué estamos hechos.
Sacado del link: http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idedicion=1893&idcuerpo=1&dscuerpo=Secci%C3%B3n%20A&idseccion=3&dsseccion=Opini%C3%B3n&idnoticia=162151&imagen=&vl=1&r=opinion.php
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