Japón, más allá del manga
Otaku no Michi no es una ONG al uso. Sus miembros no prestan ayuda a inmigrantes ni son los primeros en asistir a los damnificados por una catástrofe. Su cometido es mucho más modesto. Aman a Japón y difunden su cultura. La auténtica.
En Valencia se erigen en los guardianes de su ancestral legado. Frente a los lugares comunes, reivindican las tradiciones milenarias de esta potencia oriental. Porque, aseguran, hay vida más allá del manga y del anime.
En cualquier caso, la fiebre por los cómics nipones ha situado al país del sol naciente en un lugar prevalente en el imaginario colectivo. Sin embargo, los conocimientos sobre Japón no han aumentado entre los más jóvenes.
Ésta es, al menos, la teoría que maneja Juan Carlos Pérez, el presidente de esta asociación juvenil: "No estamos en contra del anime, pero la cultura japonesa va mucho más allá. Es una lástima que los chicos se queden sólo en eso".
Ahora, Juan Carlos trata de destruir los mitos y tópicos que rodean a la sociedad nipona. Como, por ejemplo, el del trabajo. "No se trabaja tanto como se cree, ni son tan cerrados como se vende. Al contrario, son muy solidarios. A mí me llevaron tres veces en coche sin conocerme de nada", asegura.
Aunque siente auténtica devoción por este país, no pierde la perspectiva. Por eso admite algunas de sus lacras, entre ellas, el elevado índice de suicidios y, sobre todo, el machismo imperante en el archipiélago.
Durante cerca de un mes, Juan Carlos conoció en primera persona esta tierra de contrastes. Vanguardia y tradición. Kioto. "No hay color", apunta. La belleza de los centenarios templos y santuarios le sedujo. Quizás porque son casi desconocidos en Occidente. El manga eclipsa todo lo demás.
Viajan a los distintos eventos otaku a fin de ganar adeptos. "Participamos en mesas redondas y exponemos documentales sobre la realidad del país", explica Juan Carlos. Por eso disponen de stand propio en los principales certámenes valencianos.
Hay más. La asociación organiza cursos de iniciación al japonés y talleres variados. Desde la confección de kimonos a prácticas de juegos tradicionales como el Go. Y como no, cursos de dibujo y cómic.
Entre socios y colaboradores, son cerca de 50 las personas que integran Otaku no Michi. Aunque no todos pagan cuota. El grupo ha creado la singular figura del oyente. "Dejamos que los interesados prueben con nosotros. Nadie paga hasta que no está seguro de que le gusta", explica el presidente. Por ahora, el número de integrantes no deja de aumentar. Japón está de moda. Y no sólo por el manga.
En Valencia se erigen en los guardianes de su ancestral legado. Frente a los lugares comunes, reivindican las tradiciones milenarias de esta potencia oriental. Porque, aseguran, hay vida más allá del manga y del anime.
En cualquier caso, la fiebre por los cómics nipones ha situado al país del sol naciente en un lugar prevalente en el imaginario colectivo. Sin embargo, los conocimientos sobre Japón no han aumentado entre los más jóvenes.
Ésta es, al menos, la teoría que maneja Juan Carlos Pérez, el presidente de esta asociación juvenil: "No estamos en contra del anime, pero la cultura japonesa va mucho más allá. Es una lástima que los chicos se queden sólo en eso".
Un país de contrastes
Este joven de 29 años habla con conocimiento de causa. Fascinado por Japón desde su más tierna infancia, cumplió su sueño recientemente. Ya ha visitado la tierra de la tecnología, el manga y los samurais. Y regresó encantado: "Pensé que me gustaría por unas cosas, pero al final me encantó por otras muy distintas".Ahora, Juan Carlos trata de destruir los mitos y tópicos que rodean a la sociedad nipona. Como, por ejemplo, el del trabajo. "No se trabaja tanto como se cree, ni son tan cerrados como se vende. Al contrario, son muy solidarios. A mí me llevaron tres veces en coche sin conocerme de nada", asegura.
Aunque siente auténtica devoción por este país, no pierde la perspectiva. Por eso admite algunas de sus lacras, entre ellas, el elevado índice de suicidios y, sobre todo, el machismo imperante en el archipiélago.
Durante cerca de un mes, Juan Carlos conoció en primera persona esta tierra de contrastes. Vanguardia y tradición. Kioto. "No hay color", apunta. La belleza de los centenarios templos y santuarios le sedujo. Quizás porque son casi desconocidos en Occidente. El manga eclipsa todo lo demás.
Campaña de difusión
Aún así, el creciente interés por el cómic nipón encierra una gran oportunidad. De hecho, Otaku no Michi (literalmente, el camino del aficionado japonés) aprovecha esta plataforma para difundir la rica cultura de Japón. Lo hacen, además, desde dentro.Viajan a los distintos eventos otaku a fin de ganar adeptos. "Participamos en mesas redondas y exponemos documentales sobre la realidad del país", explica Juan Carlos. Por eso disponen de stand propio en los principales certámenes valencianos.
Hay más. La asociación organiza cursos de iniciación al japonés y talleres variados. Desde la confección de kimonos a prácticas de juegos tradicionales como el Go. Y como no, cursos de dibujo y cómic.
Entre socios y colaboradores, son cerca de 50 las personas que integran Otaku no Michi. Aunque no todos pagan cuota. El grupo ha creado la singular figura del oyente. "Dejamos que los interesados prueben con nosotros. Nadie paga hasta que no está seguro de que le gusta", explica el presidente. Por ahora, el número de integrantes no deja de aumentar. Japón está de moda. Y no sólo por el manga.
Sacado del link: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/09/18/valencia/1253274698.html
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