Cosplayers, más allá de simples disfraces
Un grupo de jóvenes viste y actúa como varios personajes del Anime y manga japoneses.
Es junio del 2006. Cristhian Nuques, guayaquileño de 24 años, cambia su rutina diaria y va en busca de los elementos para transformarse en un personaje ficticio.
Alto y de piel pálida recorre la bahía y varios almacenes del centro de la ciudad en busca de lo que necesita. Telas rojas y negras son elementales para confeccionar la vestimenta de Vincent Valentine, un zombie del videojuego Final Fantasy VII, al que encarnará.
Tarda algunos días en conseguir tan preciado botín. El costo asciende a US$ 200, pero no importa. Nuques financia sus gastos ‘cachueleando’ como técnico de sistemas.
Para la confección cuenta con la ayuda de una costurera, a quien permanece cerca para darle las indicaciones.
Dos meses después el traje está listo. Es el momento de vestirse y transformarse en Vincent. Se mete en la piel del personaje al punto que entiende sus resentimientos y sus temores. Incluso camina y habla como él.
En la calle, Guayaquil es severa. Para la gente es un ‘anormal’, pero Vincent permanece imperturbable. Busca a otros como él. La II Convención del Cómic convoca a otros personajes de series animadas, videojuegos y películas.
El concurso de cosplay (costume play) cuenta con 15 participantes. Entre ellos, Vincent, interpretado por Nuques, quien conoce la realidad de esta tendencia.
Dice que nació en Japón hace 33 años como representaciones teatrales que se hacían en los colegios. A Guayaquil el fenómeno cosplay llegó hace seis años a través de la televisión por cable.
El momento para Vincent llega. Desfila frente al jurado pero no logra hacer su representación porque el espacio es pequeño. Se siente derrotado, el concurso se limita al disfraz.
Pese a ganar el primer premio, Nuques se va resentido. Habla a regañadientes, porque no es solo un disfraz, es convertirse en su personaje.
Dos años después tiene claro que no participará en el cuarto concurso cosplay que se realizará mañana en la IV Convención del Cómic. A su iniciativa se suma Ayelén León, de 21 años, quien desde el 2006 se unió a la tendencia. “No entienden que no soy yo vestida de otra, soy yo el personaje al que encarno”, dice con las cejas fruncidas.
Con esmero recuerda los trajes que confecciona. La armadura de Shaka (Saint Seiya), el kimono de Temari (Naruto), el abrigo de piel de Ayame (Inuyasha). Para ella no es justo que los cosplayers se sacrifiquen tanto haciendo esos atuendos y se los califique igual que a cualquier otro que llegue con un disfraz comprado.
Para Victor Matamoros, organizador del evento, las reglas no son rígidas en ese aspecto. No es necesario que los concursantes hagan sus vestidos, así como tampoco importa la edad. Menciona esto al momento que un hombre inscribe a su hijo, de 5 años, en el concurso.
Sacado de: http://www.eltelegrafo.com.ec/guayaquilmetropolitano/noticia/archive/guayaquilmetropoli/2008/08/09/Cosplayers_2C00_-m_E100_s-all_E100_-de-simples-disfraces.aspx
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