12 de abril de 2010

Noticia del 2008: Masacre en Tokyo en manos de un otaku

Esta noticia es referente al masacre que por motivos de ferventismo de un japonés por los anime como Naruto o Death Note, hizo hacer de las suyas con unos ciudadanos inocentes que no tienen nada que ver, este artículo es de la página La Cuarta Cibernética:

CRÓNICA

Japonés enfermo del chape atropelló a siete peatones con camión de 2 toneladas y luego se bajó a acuchillar lo que se moviera

Mecánico Kato Tomohiro avisó por internet que desataría una masacre en Tokio... y cumplió

Dijo a la policía que estaba cansado de vivir y que era un fastidio respirar, comer y llorar.

Para Kato Tomohiro, un mecánico de 25 años, fue como un juego de masacre. Mitad manga de Masashi Kishimoto ("Naruto") y mitad videojuego ultraviolento de Nintendo. Así visualizó la escena en su cerebro de plasma, desconfigurado por la depre y algunos gigas de sicopatía.

Pero para siete peatones que hace una semana, el domingo 8, caminaban por una calle cercana a la estación de Akihabara, distrito de Takiota, en Tokio, el delirio de Kato significó la muerte. Una mujer y 6 hombres perecieron atropellados y otras 11 personas ingresaron a los hospitales del distrito con lesiones.
"Vine a Akihabara para matar gente. Estoy cansado del mundo. Cualquiera estaba bien. Vine solo". Así explicó el genocida su día de furia.
"Dijo que estaba enfermo de todo, cansado de vivir. Que la existencia para él era un fastidio y que no tenía caso comer, respirar, sufrir, sudar, llorar", dijo posteriormente a los reporteros Jiro Akaogi, portavoz de la policía.
Al no encontrar un camino a la felicidad, esa mañana Kato se apoderó de un camión de 2 toneladas y se dirigió por las calles de Tokio hacia el barrio de la electrónica de última generación, donde lanzó el vehículo contra los peatones.
Tras embestir a siete de ellos, con edades de 19 a 74 años, el desquiciado descendió y armado con un cuchillo comenzó a apuñalar a quien se le cruzara.
La policía encontró dos armas blancas de 30 y 20 centímetros en la camioneta usada por Kato para el ataque y otro de 19,5 en la esquina en que arrolló a sus primeras víctimas.
Según investigaciones posteriores, el sujeto invirtió 30 mil yens (140 mil pesos chilenos) en comprar estas armas.
Al ser detenido ya había herido a 11 personas y sobre la calle manaba suficiente sangre como para satisfacer el más afiebrado apetito de un otaku. Éste es el apelativo nipón para designar a una tribu urbana que encuentra su Vaticano en Akihabara y su laberinto de tiendas y boutiques.
El otaku es una subclase de la cultura pop que asume como propias las minucias de las variadas manías imperantes en el Japón actual, especialmente las que afectan a los fanáticos del animé.
Antes de cometer su rito, Kato envió varios mensajes a un sitio web que congrega a los fans de la tendencia, en los que predecía la masacre. Los textos fueron posteados horas y hasta minutos antes del ataque del kamikaze, y sus descripciones siguen fielmente el desarrollo de los acontecimientos.
Los comentarios están registrados en una conversación bajo el título de "voy a matar gente en Akihabara".
En el primero dice: "Voy a estampar mi vehículo y si queda inútil usaré un cuchillo, adiós a todos". El siguiente asegura que "ser atrapado mientras llevo a cabo mi misión quizá sea el peor resultado".
Kato recogió la camioneta en la provincia de Shizuoka el día de la masacre y condujo hasta Tokio. Un mensaje posterior asegura: "No habrá retrasos por la lluvia". Y otro, poco antes de la matanza, dice: "Acabo de llegar a Akihabara".
La defensa del homicida busca rebajar su condena, que sería a cadena perpetua, por reclusión y tratamiento en un hospital siquiátrico.

LE LLEVAN ADN DE LA VIOLENCIA

La masacre ocurrió justo en el séptimo aniversario de un ataque masivo contra una escuela primaria japonesa donde ocho niños murieron apuñalados.
En enero de este año un menor de 16 años atacó a cinco personas con cuchillos de cocina, y en marzo murió una persona y varias quedaron heridas, luego de que un hombre las apuñaló por gusto en un centro comercial, ambos hechos en Tokio.
Recientemente, en Aomori, un adolescente asesinó a su madre y hermanos porque quería hacer realidad una historia de terror que había escrito. "Quería que lo que escribí en la historia se convirtiera en realidad", dijo al ser capturado. El joven contó a la policía que intentó cortarles la cabeza a sus víctimas, pero no pudo porque no tenía el cuchillo adecuado.
Nobuo Komiya, profe de Criminología de la Universidad Rissho, en Tokio, describió todas estas acciones como una forma de terrorismo que expresan hombres insatisfechos que no encuentran otra forma de hacerse oír.

Sacado del link: http://www.lacuarta.cl/contenido/63_11882_9.shtml

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