Corea, una lección de superación
Con respeto, estos testimonios de gratitud de nuestra hermana de sangre, la soberana Republica de Corea.El lunes 4 octubre, en la Universidad Sergio Arboleda, el señor Seong Wha Hong, embajador de la República de Corea, inauguró la Semana de Corea, con motivo del 60 aniversario de la Guerra, en homenaje a Colombia y a los veteranos, por el apoyo a su defensa. Transmitió al estudiantado la razón de la fraternidad que nos une y comunicó los varios programas de asesoría que su gobierno, con generosa voluntad, dará al país.
Dos enviados especiales dictaron conferencias sobre cultura y economía de Corea. Otros, sobre relaciones comerciales entre los dos países. Conferencia de empresas multinacionales coreanas. Cine Coreano.
El jueves 7 se clausuró, con demostración de Taekwondo y Música coreana. Coctel y lanzamiento de la Asociación de Amigos de Corea.
El 22, con asistencia del señor Ministro de Defensa, el Comando Superior de las Fuerzas Armadas y el señor Embajador de Corea, una delegación militar encabezada por el mayor General Park Chul Soo, en la pagoda, rindió honores y colocó ofrendas florales a los 200 héroes que regresaron en urnas cinerarias.
Continuamente, Corea del Sur solemniza la participación del Batallón Colombia y tres fragatas en su apoyo, por la súbita agresión ilícita de comunistas norcoreanos, la madrugada del 25 de junio de 1950.
Se cumplen 60 años de un hecho histórico en que los soldados colombianos, con valor, pusieron en alto no solo su bandera, sino el nombre de la patria y el de la libertad. Es gran honor para los veteranos entregarle a la patria, con estos testimonios de gratitud, la prueba de nuestra valerosa participación en fragorosos combates y en diferentes lugares, donde la sangre colombiana dejó su huella por la justa causa de la libertad del indefenso pueblo asiático.
Pero debemos resaltar también el ejemplo de Corea después de tan cruentos episodios. Finalizada la Guerra, la destruida Corea se construyó soberana y resurgió de sus cenizas. El General Chung-Hee Park, tercer presidente, infundió la vergüenza por la mínima duda, a la honra ciudadana; como lo afrontó con su inmolación el presidente Roh Moo-hyun, en respuesta a calumniosa acusación en el 2008. En imitación al heroísmo de sus aguerridos soldados en los combates, le infundió al pueblo la mística por la educación, el amor a Corea y la incorruptibilidad. Hombres y mujeres, niños y viejos se consagraron, disciplinados, perseverantes, al estudio, el deporte, el trabajo durante las 24 horas del día. Conocedores de su humillante pasado, se rebelaron contra la miseria.
Hoy Corea es una auténtica democracia de estadistas, de culto al heroísmo, que es donde radican el espíritu y la virtud moral de la nación. Qué devoción hay allí al trabajo honesto. Conserva, con sagrado respeto y embellecido por el arte coreano de la jardinería, a la sombra de sus banderas, en el cementerio de la Naciones Unidas en Busán, el sitio donde reposaron los cuerpos de los héroes repatriados y las tumbas de los cientos que descansan en su suelo. La memoria a la inmortalidad es una fuente donde en severas placas de mármol negro se leen, de cada país, los nombres de los miles sin regreso a la patria amada.
En 16 ciudades principales, un monumento recuerda a las nuevas generaciones a la nación que acudió en su auxilio.
Inchón, capital, cerca de la bahía donde el general MacArthur, en la máxima acción sangrienta de la guerra, inició la liberación de la península, es la ciudad donde el tricolor colombiano flamea y donde Corea no olvida fechas gloriosas y rinde silencio a los caídos en combate.
Sin embargo, la ardentía con que construyó su modernidad y riqueza es pequeña, ante su grandeza por la gratitud. Este mes será sede del G-20, las economías más grandes del mundo. El siguiente año, de la cumbre mundial de energía atómica.
Los veteranos, que recibimos de Dios aún la gracia de la vida, también decimos: gracias, Corea, por su promesa de despedida: "NUNCA LOS OLVIDAREMOS". Por la fraternidad y nobleza, grabadas en el alma de su pueblo para Colombia. Este ejemplo de pacífico heroísmo hacia la grandeza, y de recuerdo perenne a la sangre vertida en su ayuda, que Corea registró con sublime veneración en su historia, llena todo nuestro espíritu, porque por los siglos ella será gloriosa en la conciencia de la democracia coreana.
Sacado del link: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/otroscolumnistas/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-8263480.html
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