La familia Peláez se han trasteado desde un barrio en el sur de Bogotá hasta un barrio al norte de dicha ciudad. Federico Peláez, dueño de una panadería, es el vecino más temeroso, nunca habla con cualquier persona conocida o desconocida, y más aún cuando su esposa, Elena y su hija Margarita, tomaron la desición de aquel trasteo, ya que no soportaban a los vecinos del sur por la ruidosa música que ponían todos los días.
Al llegar la familia al barrio del norte, se sintieron tranquilos, ya que los vecinos del norte son gente más civilizada y cualta, además, en el día de la llegada del trasteo, los recibieron con todo el cariño y amabilidad, claro, rápidamente se convirtieron en amigos de Elena y de Margarita, pero se extrañaron del comportamiento de Federico.
Un día, los vecinos del sector convocaron a una asamplea de vecinos para definir y elegir a los representantes de la Junta Comunal, a dicha reunión asistieron Federico y Elena. Al transcurso de la reunión, cada vecino presentan sus propuestas para mejorar a la plaza central del barrio, pero cada propuesta que presentaban eran rechazadas, ya que no hubo aceptación de los mismos vecinos, cuando casi por mayoría deciden cerrar la plaza, Federico, muy temeroso, pide la palábra, los vecinos le concedieron, y lo único que dijo Federico es: -Es mejor para este barrio que realicemos las mejoras de la plaza, utilizando los pocos recursos económicos para ser utilizados para un bazar y unos juegos autóctonos y tradicionales para recoger fondos, y de esos fondos serán utilizados para la remodelación de la plaza, pero debemos que utilizar con toda nuestra responsabilidad-.
A la mayoría de los vecinos sorprendieron la idea, les gustaron y decidieron en realizar la propuesta. La organización del bazar con la ayuda de Federico y su familia dieron excelentes resultados, no sólo manejaron bien los recursos, sino que obtuvo ganancias del dinero tres veces más de lo que se presupuestó. A la siguiente reunión, los vecinos postularon a Federico para que sea el nuevo presidente de la Junta Comunal, lo eligieron y Federico sintió la amistad que le mostraron cada uno de los vecinos, en los siguientes años, Federico manejó con responsabilidad los destinos del barrio.
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