10 de julio de 2010

Supergirl y La Fuerza Energética, Capítulo IV



PRIMER FANFIC: SUPERGIRL Y LA FUERZA ENERGÉTICA

 
Imagen el escudo por DC Comics.

CUARTO CAPÍTULO: COLEGIO FEMENINO.

Supergirl, basado del personaje de la Androide 18 de Dragon Ball Z (de Akira Toriyama), hecha por Juan Carlos Quenguan.

Esa misma noche, en una lujosa casa a fueras de Smallville, se realizó una fiesta de disfraces cuya anfitriona era Selena, quien al lado de su amiga Bianca, estaban mostrando su hospitalidad en aquella fiesta. En ese momento, uno de los asistentes era Nigel quien charlaba con varios de los invitados, de repente, se tropezó con una jovencita de anteojos.

-¿Se encuentra bien señorita?– preguntó Nigel.

-Sí, estoy bien– tras responder, la señorita vio a Nigel y recordó sorprendida - ¿No eres aquel profesor de matemáticas y de sistemas en el Colegio Femenino? -.

Nigel miró fijamente a la señorita y se acordó:

-¡Ahh! Claro que me acuerdo, pero dígame señorita Spencer, ¿por qué estás en esta fiesta? ¿Estás averiguando sobre lo que hago cuando no soy profesor?-.

-La verdad no…– contestó la joven – pero siempre admiro su curiosidad y forma de ser-.

-A ver, se supone que debería estar en casa, estudiando o descansando, no en asistir a esta clase de fiestas– advirtió Nigel.

-Lo que pasa es que quiero manifestar algo…- en ese mismo momento de confesión de la joven, apareció Selena portando un hermoso vestido azulado, de ahí que, quería ser el centro de atracción.

Al ver a Nigel y a la jovencita se amargó, pidió un plato de pasabocas a Bianca y fue hacia ellos, interrumpiendo.

-No puedo creer que viniera una curiosa en nuestro evento, aun cuando me acordara si la invité o no–.

-Selena…- la señorita reveló con temor –solo quería reportar un artículo para el periódico escolar-.

-Lástima… esto no es para jovencitas– dijo despótica Selena, incomodando a la señorita.

-Por lo menos, la señorita quería hablar algo importante conmigo– aclaró Nigel.

-Nigel– alegó Selena – si quieres hablar con tu estudiante, ¿por qué no lo hacen en clases o en descansos? Porque aquí no se puede– luego se dirigió a la señorita –Si quieres estar en esta fiesta, tienes que ser mayor de edad, de tal manera que, te invito a que salgas de mi casa-.

Dicho eso, la señorita sollozó, saliendo de la casa de Selena, dejando disgustado a Nigel.

-Selena– el hombre agarró el brazo derecho y la llevó hacia el pasillo –es increíble que te vuelves a ser más soberbia y egocéntrica, no eres la misma desde que cogiste esa rara esfera-.

-Nigel, mi amor…– expresó Selena acariciando las mejillas a Nigel –soy la misma, pero más madura y con total capacidad para manejar los poderes ocultos, gracias a esa esfera-.

-Por eso…– instó Nigel –debes que ser más comprensiva y entendible con los demás-.

-No necesito de tus consejos– refutó Selena –quien verdaderamente me aconseja es Bianca y tú cada vez te vuelves más cansón-.

Disgustado Nigel quiso retirar, no obstante advirtió.

-Si encuentro sobre el origen y uso de la esfera, te la quitaré- dicho ello, Nigel salió irritado de la casa de Selena.

Horas después de terminado el evento, Selena habló con Bianca en la sala.

-Es hora de definir nuestro plan…– dijo Bianca –sabemos que Superman marchó al Universo, es el momento de comenzar con lo que quieres-.

-Es cierto– recordó Selena –debemos empezar con el control de mentes a los policías y autoridades del pueblo–.

-¿Cómo?- inquirió Bianca.

-Sencillo, cuando tengamos lista la poción para borrar las mentes, necesitamos un voluntario– explicó Selena.

-¿Cómo lo conseguiremos?– indagó Bianca.

-¿Te acuerdas del Colegio Femenino?– contra preguntó Selena.

-Claro…– resonó Bianca –allá fui estudiante, actualmente Nigel está como profesor-.

-Llegaremos mañana por la tarde, allá estaremos notando a quién lo podemos convencer- expuso Selena –por ahora, preparemos todo, aliste los ingredientes para la poción, mientras yo analizo la esfera-.

A la madrugada siguiente, cuando aparecía los primeros rayos del sol, Kara levantó sus ojos después de dormir en el bosque, mirando a un conejo quien comía en frente de ella.

-Hola, buenos días… - saludó Kara con ternura.

Más adelante, cayó una pequeña pelota hacia los arbustos, seguidamente, llegó una jovencita vestida de beisbolista, quien la recogió y regresó corriendo. Kara se acercó a ver, para conocer que era un partido de softbol. Quienes estaban jugando eran estudiantes de un colegio, la kriptoniana echó un vistazo a otras estudiantes del mismo colegio vestidas de uniforme, mirando detalladamente a cada una de las prendas.

Luego surgió una idea: caminó entre los grandes árboles para convertir su traje en uniforme del colegio, su larga cabellera rubia se transformó en cabellera de color marrón hacia los hombros, además de traer un morral similar al que portaban las estudiantes.

Linda/Supergirl por JCQ, basado en Androide 18 de Dragon Ball Z.

Cuando caminó por el lugar, se tropezó con un joven que hacía labores en los jardines de aquel colegio, cayendo ambos al suelo.

-¡EEEYYY!– Se quejó el joven, quien al verla se dispensó –discúlpame señorita– el joven era corpulento y con buen semblante en su rostro juvenil.

-No, perdóname en no fijarme bien– excusó la joven.

-¿Te conozco de algún lado?– preguntó el joven.

-Para nada, es el primer día que vengo a clases en este colegio– respondió la señorita.

-Ahh, claro– expresó el joven -¿me imagino que andas buscando la oficina del director Danvers?-.

-Eh…si…- contestó confundida la joven.

-Mira, vaya subiendo en aquella colina, allá encontrarás el edificio, eso sí, cuidado con los carros y buses que pasan por el camino. Cuando cruces, vaya entrando al edificio, camina por el pasillo principal y buscarás la oficina de la dirección del colegio– indicó el joven.

-Gracias…- al agradecer Kara, el joven añadió.

-Ethan, me llamo Ethan, soy jardinero y estoy arreglando estos jardines… a propósito ¿cómo te llamas?-.

-Me llamo… Linda– Kara sabía que si decía su verdadero nombre, tendría problemas.

-Linda… que bonito nombre– dijo sonriente Ethan –encantado de conocerte, si quieres, nos hablamos luego-.

-Claro…- tras agradecer, Linda (es decir, Kara) caminó hacia el edificio.

Pasó por el pasillo y subiendo por las escaleras, preguntó a dos estudiantes que bajaban.
-Disculpen… ¿Dónde está la oficina del director?-.

-Mire a ésta– cuestionó altanera una de las estudiantes -¿cómo es que vienen más estudiantes nuevas?, como si no se cerraran las inscripciones y matrículas en este colegio-.
-Está al lado derecho, al fondo– respondió la compañera, Linda les agradeció, pero las dos estudiantes no contestaron, siguiendo su rumbo.

Al llegar a la puerta de la oficina, abrió y entró; en ese mismo momento, el director Danvers tomaba una pastilla para controlar su estrés.

-Buenos días director, mira…- cuando Linda saludaba, el director se incomodó.

-¿Usted no sabe que es mala educación entrar a una oficina o aula de clase sin golpear la puerta?-.

-Disculpe señor director– apenada, Linda cerró la puerta.

-¿Señorita, ahora qué haces si ya entró?– cuestionó el director.

Linda golpeó tres veces la puerta y el director negó con su cabeza.

-Adelante, señorita-.

-Ahora sí, buenos días, mira quisiera…- a pesar de eso, el director la interrumpió.

-Espera un momento…- el director se levantó de su escritorio –nunca la he visto en este colegio, ¿usted es nueva?-.

-Sí señor, soy nueva– contestó Linda.

-¿Se puede saber cómo se llama?– investigó serio el director, Kara manifestó con el siguiente nombre.

-Me llamo… Linda Danvers– la contestación dejó asombrado al director.

-¿Linda? ¿Eres familiar cercano o lejano?– curioseó el director.

-Pues mira, lo que pasa es que mis padres fallecieron cuando era muy pequeña, después la familia Lee me adoptó, ya que, eran oriundos de la ciudad de Metrópolis. Seguramente, soy pariente lejano suyo, señor – mintió Linda.

-A ver… - dudó el director -¿Sus padres fueron de Minnesota?-.

-No me acuerdo… yo creo que sí…- timó Linda –ya que era muy pequeña y no tenía uso de razón-.

-Entiendo…- apuntó el director –ahora, lo que quiero saber es ¿si tiene carta de recomendación?– ese interrogante dejó pensativa a Linda.

-La verdad es que…- no obstante Nigel interrumpió, entrando a la oficina bastante enfadado.

-¡Director Danvers! Esto es insoportable. Esas alumnas hicieron una broma pesada durante mi clase, ¡están colmando mi paciencia!– al escucharlo, Linda sonrió, suspirando de alivio.

-Profesor, ¿qué sucede?– indagó el director.

-Esas chiquillas maleducadas cerraron con clavos y pegante el escritorio; donde están los exámenes que estaba inspeccionando. Necesito urgentemente que me acompañes y tome correctivos de inmediato– Nigel esperó en el pasillo.

-Lo haré de una vez, no quiero que la imagen de nuestro colegio se caiga al piso por esos comportamientos infantiles– dijo el director, quien avisó a Linda: -Señorita, le pido que se quede en la oficina mientras soluciono ese problema. Seré fuerte como una roca– y acompañó a Nigel para afrontar el inconveniente.

Cuando Linda estaba encerrada en la oficina, comenzó a redactar la carta rápidamente en la máquina de escribir con una increíble velocidad y precisión, de otra manera, si redactaba en el computador tendría problemas; después, sacó la carta hecha, limpia, sin errores de ortografía; con esa misma agilidad abrió el archivero de la oficina, buscó la carpeta con la letra K, la colocó en la carpeta y se sentó; todo ello en menos de dos minutos.

Cinco minutos después regresó el director.

-Bueno, ¿en qué quedamos?– preguntó el director.

-En la carta de recomendación…– recordó sonriente Linda.

-Ahh si, ¿y entonces?– cuestionó el director.

-No sé si llegó a su oficina por correspondencia una reciente carta que envió mi primo, recomendándome– comentó Linda.

-La verdad no me acuerdo, pero lo buscaré- el director se acercó al archivero para revisar, Linda siguió dialogando.

-Seguramente está con la letra K de Kent–.

-¿Kent?–.

El director buscó en las carpetas, encontrando la carpeta, sacó la carta, se sentó y la leyó:

“Respetado señor Danvers.

Envío esta carta para recomendar a la señorita Linda Danvers, para que termine toda la secundaria en el Colegio Femenino. Por consiguiente, ella tiene grandes cualidades y con buena formación. Fue adoptada por la familia Lee a temprana edad cuando sus padres biológicos murieron en un accidente.

Espero que acepte esta recomendación.

Estaré totalmente agradecido.

CLARK KENT
Reportero
THE DAILY PLANET”

Al leer, el director se maravilló.

-Bueno, esta carta tiene toda validez, de una vez la aceptamos para que ingrese en nuestro colegio, en este sentido, tenemos el mejor nivel académico de los colegios de la región en estos últimos años, lo que es más, no recibimos fácilmente a cualquier estudiante -.

-Gracias señor director…- agradeció Linda.

-Espero que estudies bien, de tal manera que, estamos en continuos y permanentes cambios en este diminuto planeta– advirtió el director.

-Claro, lo entiendo…- reconoció Linda.

El director vio con buenos ojos a Linda, por eso, explicaba sobre todo el proyecto educativo del colegio, dando indicaciones para que se adaptara. Así las cosas, ambos salieron de la oficina, mostrando los lugares y sitios del colegio, llegando a las habitaciones de las estudiantes, explicando sobre las materias del estudio.

-…En nuestro colegio, enseñamos: matemáticas, filosofía, lenguas extranjeras, historia, física, trigonometría…- dejando una gran incógnita a Linda.

-¿También trigonometría?–.

-…cálculo, artes y química– enseñó el director, añadiendo –Eso sí, una advertencia: los pasatiempos y el ocio que no tengan que ver con la cultura de nuestro colegio será erradicados; por lo tanto, tenga cuidado en lo que vas hacer en su tiempo libre… Bueno, llegamos-.

Cuando llegaron, las estudiantes que estaban ejercitando y otras tapadas de toallas se asustaron al ver llegar al director, decidieron correr a sus respectivas habitaciones. El director entró con Linda, buscando una habitación. Al recordar una, fue directamente al que quedaba en un rincón, desde ahí golpeó la puerta.

-Señorita Lein, sé que estás ahí, responda… - citó el director.

Lucy, hermana de Lois abrió la puerta asustada.

-Director Danvers, por ahora no estoy presentada– respondió aterrada Lucy.

-¡Y no lo estarás! chiquilla embustera…– el director entró viendo el desorden que estaba en la habitación, posteriormente indicó a Linda, quien miraba por todos lados –A ver señorita, no tengo tiempo en esperar–.

Linda entró en la habitación, Lucy reaccionó inesperada por el ingreso de una nueva estudiante.

-Pero director, si estoy bien sola en esta habitación– expresó sorprendida Lucy.

-Tendrás que compartir su habitación, recuerde que las decisiones endurecen nuestra piel– respondió radical el director, presentando a Linda con una Lucy refunfuñada –Lucy Lein, le presento a Linda Danvers, viene desde Metrópolis, recomendada por su primo quien es reportero del Daily Planet-.

-Hola– saludó seca Lucy.

-Hola, ¿cómo estás?– respondió contenta Linda.

Lucy extendió su mano para estrecharla con la de Linda, ella no entendía qué era un apretón de manos y en vez de preguntar, aceptó el saludo.

-¡Ahh!–  recordó algo el director –si no me acuerdo, su hermana también trabaja en ese periódico, además, siempre me llama varias veces para saber sobre usted… ¿cómo es que se llama su hermana?-.

-Se llama Lois– manifestó Lucy.

-Correcto– tras decir, se retiraba el director –las dejo solas para que comiencen a compartir la habitación– en el momento de cerrar la puerta, dijo en voz baja a Lucy –espero que esta vez trate bien a su nueva compañera, porque le recuerdo que tiene matrícula condicional– dejándola enojada, quien dio una ojeada a Linda, se sentó en su cama y se tapó su rostro con una revista.

Linda se quedó parada, contemplando a su nueva compañera.

-¿Cómo se llama su primo?– preguntó Lucy.

-Se llama Clark Kent– contestó Linda, Lucy admiró.

-¿No te creo?-.

-Es la verdad– reveló sonriente Linda.

-No puedo creer que Clark tenga un pariente, eso nunca me han dicho ni mi hermana ni él-.

-Me imagino, porque la verdad comparto muy poco tiempo con mi primo, por estar casi todos los días estudiando. Cuando me queda algo de tiempo, arreglo mi anterior cuarto en Metrópolis– mintió Linda.

-¿Eres juiciosa con sus quehaceres?, que bien…– Inquirió Lucy, mirando a Linda desempacando pertenencias de su morral –Veo que no tienes suficiente ropa para estar buen tiempo por acá-.

-Lo que pasa es que tengo que comprar ropa…- sin embargo, Linda miró con exhalación que detrás de Lucy estaba pegado un afiche en la pared de la habitación, era la foto de Superman (es decir, su primo) –¿Conoces a este personaje?-.

-¿Que si lo conozco?– Expresó contenta Lucy – ¿A Superman? ¡Claro! Mejor dicho, es un gran amigo de todos, especialmente de su primo y de mi hermana– Linda se acercó hacia el afiche y lo contempló fijamente, mientras Lucy continuaba hablando –Si quieres, te presto mi ropa, ya que hay pocos almacenes de ropa en Smallville. Sinceramente me caes bien Linda, espero que seamos buenas amigas-.

-Gracias Lucy, te lo agradezco mucho– al agradecer, Linda tocó suavemente con su mano derecha la fotografía de su primo. “Espero algún día poder verte Kal-El”, pensó sonriente.

Varias horas después, Linda entró a clases de la tarde, la última hora antes de anochecer era clase de trigonometría en el aula de sistemas, por ende, el profesor era Nigel.

-Bueno señoritas, hoy veremos una de las interesantes lecciones, analizaremos sobre una de las inquietudes que ustedes dejaron cuando les di la tarea de solucionar ecuaciones…- mientras tanto, Linda hablaba en voz baja con Lucy.

-Voy a tener dificultades con esta materia-.

-Tranquila Linda, yo te explicaré con todos los detalles– indicó Lucy en voz baja.

-¡Atención señoritas! Si durante la clase de hoy se portan bien y entenderán perfectamente el tema; les revelaré un secreto de la forma rápida en solucionar la ecuación- advirtió Nigel.

Cuando Nigel explicaba durante la clase, afueras del colegio llegó un automóvil donde venían Selena y Bianca; ambas echaron una mirada detenidamente a las estudiantes practicando deporte.

-Selena, ¿encontraste a la persona indicada para nuestros planes?– preguntó Bianca.

-Estoy mirando a cada una, pero ninguna me sirve- negó Selena.

De repente, ella notó que el cofre negro en donde estaba guardado el Omegahedron comenzó a mover bruscamente, el automóvil que estaba moviendo lentamente se prendía y se apagaba a la vez; asustando a ambas.

-Esto no me está gustando Selena, estoy segura que es esa extraña esfera– señaló nerviosa Bianca.

-Claro…- Selena volteó a ver al otro lado –Bianca, apague un momento el auto…– y vio a Ethan cortando ramas de hojas marchitas de un árbol –creo que este joven apuesto nos servirá, además, me gustaría que él sea mi esposo-.

-Lástima– Bianca también dio su ojeada –yo también lo quiero…-.

-Pues lo cogí primero, asimismo, prepararé una poción diferente, uno de amor para que ese joven se enamore de mí– expresó pensativa Selena.

En el transcurso de la clase, Linda percibió que la pulsera brillaba y la observó con disimulo. Sabía que el Omegahedron estaba cerca, volteó su mirada hacia la pared usando rayos x de sus ojos, notando un automóvil con las dos señoritas que iba a otro lugar. “Estoy segura que ellas lo tienen, tengo que recuperar el Omegahedron…” cuando Linda pensaba, se levantó de su puesto, en ese momento, Nigel se percató cuando Linda fue hacia la puerta.

-Señorita, ¿puedo saber para dónde va si no ha terminado la clase?– curioseó Nigel.

-¡Ay!… perdón profesor– contestó apenada Linda.

-¿Sabes en dónde estás ahora?– inquirió serio Nigel.

-Acá estoy, en La Tierra señor…- la respuesta de Linda produjo risas de sus compañeras.

-Y si estás acá, entonces ¿me imagino que entendió muy bien la clase de hoy?– preguntó Nigel.

-Si lo entiendo, lo que pasa es que yo…- mientras Linda trataba de explicar, Nigel interrumpió.

-¡Qué bueno! Entonces escuchamos a Linda, diciendo cuál es el resultado total de la ecuación-.

Linda se sentó, revisó sus apuntes y como era sencillo respondió correctamente, dejando en silencio a toda la clase. En minutos las compañeras volvieron a carcajear. En ese momento, sonó el timbre avisando que terminaba la clase, Lucy aprovechó la situación para avisar a Linda.

-Tenemos que ir, antes que el profesor te llame la atención-.

Nigel revisó el problema, por lo cual, el resultado que sacó del computador concordó con la respuesta de Linda, se fastidió y la llamó.

-¡Linda!–.

-Dime señor profesor…- respondió Linda.

-¿Usted estaba espiando la respuesta?– inquirió enojado Nigel.

-No, para nada señor…– expresó temerosa Linda.

-Entonces, ¿por qué acertó en semejante respuesta?-.

-Porque… es…- al momento de contestar Linda, Lucy interrumpió la conversación.

-Es por los constantes rayos que estamos expuestas, por ese motivo, nos dejan más inteligentes y capaces, esperamos no incomodar señor profesor–.

Aunque la respuesta era tonta, Nigel pensó si era cierto lo que explicaba Lucy, quien por su parte, sacó a Linda del aula de sistemas.

-Gracias Lucy por salvarme– agradeció Linda, respirando hondo.

-¿Cómo es que sabías sobre semejante respuesta?- preguntó sensata Lucy.

-Pues sinceramente no soy tan buena en la trigonometría hexadimensional, pero esa ecuación me pareció fácil- reconoció Linda.

-Mira…- aconsejó Lucy –es mejor que no te vayas a mostrar lo superdotada que eres, porque seguramente varias de nuestras compañeras pensarán mal de ti-.

-Pero si respondí bien…– insistió Linda.

-Linda, eres muy diferente a cualquier estudiante de este colegio, pero bueno, ya todo pasó…- dicho ello Lucy se fue, dejando pensativa a Linda.

A la mañana siguiente, en los pasillos de las habitaciones, la mayoría de las estudiantes realizaron a escondidas la forma de hacer el desayuno entre ellas. En seguida, Linda salió de su cuarto para ir a la biblioteca del colegio, llevando sus cuadernos.

-Hola Linda, ¿Quieres desayunar con nosotras?– invitó Lucy.

-No Lucy, quiero adelantar mis trabajos– rehusó Linda.

Sin embargo, se levantó una de las compañeras arrebatando los cuadernos de Linda al piso, pronto, algunas se rieron sobre el hecho.

-Le pido que levantes mis cuadernos– pidió seria Linda.

-Dime la palabra mágica y te devuelvo tus cuadernos– contestó la joven, sin mirar.

-Por favor, le pido que devuelve mis cuadernos…- solicitó Linda.

-Y entonces ¿por qué no lo levantas tú misma, princesita?– contestó burlona la joven, quien miró la cara enojada de Linda, a Lucy no gustó la broma.

-Mire Mayra, devuélvale lo que arrebataste– exigió Lucy.

-¿Quieres inducirme?– al mismo tiempo de la provocación de Mayra, llegó una señora quien administraba las habitaciones de las estudiantes.

-Señoritas, ¿Quién les dijo que en los pasillos de las habitaciones se hacen comida?– eso alertó a todas, quienes se levantaron. Linda aprovechó la circunstancia para recoger sus cuadernos –Si quieren desayunar, que lo hagan en la cafetería, pero no acá, porque si las veo de nuevo con eso, reporto a la Dirección para que tome correctivos al respecto-.

-Tranquila señora Murphy, no volveremos a cometer el error– expresó Mayra.

-Entonces, ¡recojan todo de inmediato!– las estudiantes acataron la orden, mientras Linda se acercó a Lucy.

-No sabía que se comportaran de esa manera-.

-Si supieras, Mayra y Geraldine son las que mandan. Te advierto: si te enfrentas, tendrás bastantes problemas– aconsejó Lucy –bueno, hoy tendremos práctica deportiva, jugaremos jockey sobre ruedas, espero que nos acompañes-.

-Claro, termino en adelantar mis trabajos y vendré a jugar– respondió Linda.

Horas después, todas las alumnas jugaban jockey, así mismo, como Linda no sabía jugar bien trató de quedar en la defensa, mientras Lucy, Mayra y Geraldine jugaban en la delantera. En el momento que Lucy recogía la pelota, Mayra la despistó golpeando su palo en uno de los patines haciéndole caer al suelo, preocupada Linda socorrió a su compañera.

-¿Estás bien?– examinó alarmada Linda.

-Si… estoy bien– contestó golpeada Lucy.

Mayra y Geraldine se decían al oído.

-Muy bien Mayra–.

-Eso apenas comienza– murmuró sarcástica Mayra.

Cuando reanudó el partido, Linda señaló al oído de Lucy.

-Ellas lo hicieron a propósito-.

-Tranquila Linda, eso siempre pasa…- reconoció un poco resentida Lucy, aunque Linda sabía que su compañera no estaba bien.

El partido continuó en su curso. En un saque, Mayra miró pícara a Lucy, luego, en vez de pasar la pelota a Geraldine, alzó su palo lo más alto posible y golpeó fuerte a la pelota en dirección al rostro de Lucy. Linda, al ver la jugada, rápidamente abrazó a Lucy, recibiendo de espalda el fuerte impacto. Todas se aterraron, suspendieron el partido y se acercaron para ayudarlas a ambas.

Linda/Supergirl por JCQ, basado en Androide 18 de Dragon Ball Z

-¿Qué pasó? ¿Están bien?– indagaron varias compañeras, Linda se volteó, sabiendo que no le afectó el fuerte golpe.

-Estoy bien, es mejor pedir cambio de jugadora para que Lucy descanse–.

Geraldine y Mayra se sorprendieron ante lo ocurrido.

-Esta Linda sí que es entrometida– refunfuñó Mayra.

-Lo más raro es que a cualquiera le dolería con ese tiro que hiciste, pero no pasó nada a ella– consideró Geraldine.

Terminado el partido, todas las estudiantes entraron a los camerinos, menos Mayra y Geraldine, quienes planearon una broma pesada hacia sus compañeras, especialmente a Linda.

-Linda, agradezco mucho que me salvara, pero ¿te dolió?– preguntó Lucy.

-Para nada. Siempre hago ejercicios de gimnasia y pesas, la verdad me acostumbro en recibir esa clase de golpes– mintió Linda.

Más adelante en las duchas, Lucy armó conversación con las compañeras.

-Oigan todas, ¿se acuerdan de aquel nuevo jardinero que está cuidando los jardines del colegio? Pues supe que él es soltero… cómo me encantaría enamorarme de ese guapo jardinero -.

Mientras Lucy hablaba, Linda disfrutaba del agua caliente, por ende, era la primera vez que se bañaba en la ducha. Ellas no sabían que en la parte de las tuberías y calderas entraron Mayra y Geraldine, llevando una llave de tubería para alterar las llaves y afectar al resto de las estudiantes. En seguida, Mayra manipulaba una de las válvulas.

-¿Es necesario hacer esto para contentarte y conseguir a que las demás culpen a Lucy y a Linda?– cuestionó Geraldine.

-¡Claro!– Exclamó irónica Mayra –si no consigo esto, entonces ¿qué hago? ¿Que me quede sin conseguir lo que quiero?-.

Linda disfrutaba de su baño, sin embargo, sintió en sus oídos la conversación de Mayra y Geraldine al otro lado de la pared.

-…además, ella no sabe con quién se mete, pero lo va saber– comentó Mayra, apretando la válvula.

-Pues espero que esto salga…– indicó Geraldine.

Tras escuchar, Linda fijó sus ojos hacia la pared, emitiendo rayos x al otro lado, de repente, conoció que Mayra forzaba la válvula con la llave, apoyada por Geraldine.

-…porque si no lo conseguimos, dejarás de ser la mandamás de este colegio– continuó Geraldine.

-De ninguna manera, no me dejaré, haré la vida imposible para que sufra esa princesita…- dijo rabiosa Mayra.

Eso disgustó a Linda, quien aprovechó en mirar establemente a la llave emitiendo rayos de calor de sus ojos, penetrando fácilmente a la pared para recalentar la llave que tenía Mayra.

Al sentir el fuerte ardor, Mayra soltó sus manos gimiendo; al mismo tiempo, la válvula no aguantó la presión, dispersando el agua de los tubos por todos lados, mojando por completo a las dos entrometidas estudiantes, quienes descubiertas por el resto de sus compañeras, corrieron horrorizadas.

-¡Espero que hayan disfrutado de su baño vestidas, porque se ven muy bien mojadas para tomar una foto! – carcajeó Lucy.

Todas estallaron de risa y aplaudieron, sin preguntar lo que aconteció.

Horas después, en las habitaciones de las estudiantes, Linda se puso el uniforme, se arregló y mostró feliz a Lucy.

-Mira, ¿cómo estoy?– Linda pensaba que se sentía muy atractiva con el uniforme puesto.

-La verdad…- pensó Lucy en voz alta –te ves como siempre, como una estudiante común– desilusionando a Linda, quien se sentó en la cama –si quieres ser atractiva y llamativa, tienes que poner otros vestidos adecuados, lo que es más, podrás ponerte aretes y pendientes en tus orejas -.

-¿Cómo así?– dudó Linda -¿solamente en perforar las orejas de aretes servirá como atractivo?-.

-Por supuesto– expresó Lucy –solo hay que perforar en donde no haya dolor, colocas los aretes y listo, todos los hombres se caen rendidos–.

A la vez que Lucy contaba, Linda vio en la cama un brassier, como no sabía qué era lo colocó sobre su cabeza, posteriormente, lo puso por encima de su chaqueta de uniforme, colocando pañuelos en ambos lados, para ver cómo quedaba. Lucy notó y se extrañó lo que hacía Linda.

- ¿Qué haces con mi brassier?- cuestionó extrañada Lucy.

-No, nada… solamente ocurrencias, no me pongas caso– manifestó apenada Linda.

-Como te iba diciendo, estos días que vienen serán tres días de descanso, espero que me acompañes y disfrutes todo lo que te voy a mostrar. Hay lugares donde hacen tatuajes y percings muy buenos– contaba Lucy, a pesar de eso, Linda recordó su misión.

-Emm…, me encantaría ir contigo pero no podré ir, quiero aprovechar mis ratos libres por acá– mintió Linda.

-Lástima– manifestó Lucy alistando sus cosas –más adelante vendrán varios amigos míos, entre ellos uno que tal vez conozcas, me refiero a un amigo de tu primo, se llama Jimmy Olsen, el camarógrafo del Daily Planet; el vendrá mañana porque quiere pasar buenos ratos conmigo-.

-Te deseo buena suerte con Jimmy y mándale saludos de mi parte– expresó Linda.

Al día siguiente, la mayoría de las estudiantes se fueron con sus familiares a sus casas. Lucy se despidió de Linda, quien estaba analizando los planos y mapas de Metrópolis, Smallville y ciudades cercanas.

Cuando todas se fueron, Linda analizaba un plan para la búsqueda del Omegahedron, no obstante, cuando caminaba directamente a su habitación, era observada por el director Danvers, ocurriéndole una idea.

-Señorita, ¿Por qué no viene su primo? – el director pilló aturdida a Linda.

-La verdad… es que mi primo está de viaje por largo tiempo, desafortunadamente, no podré estar en la finca de los Kent, por eso decidí quedarme acá en estos días– mintió Linda.

-Si quieres, puedes pasar estos días de descanso en mi casa, que queda a pocos kilómetros del colegio– invitó el director.

-No lo sé… ¿Todo el día? – dudó un poco inconforme Linda.

-Pues le llevo hasta acá por la noche y no hay problema; entonces, ¿aceptas mi invitación? – insistió el director, entre tanto Linda pensó y tomó una decisión.

-Bueno, acepto– tras expresar Linda, el director preparó todo, luego, llevó a Linda en su automóvil y se marcharon hacia la casa de los Danvers.

Durante el trayecto, Linda pensó en el Omegahedron.


Escrito inicialmente el día lunes, 25 de enero de 2010.
Editado para el Sitio Bagatela el sábado 10 de julio de 2010.
Primera corrección: jueves. 12 de enero de 2012.
Segunda corrección: martes, 30 de octubre de 2012.

Tercera corrección: miércoles, 28 de mayo de 2014.

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