PRIMER
FANFIC: SUPERGIRL Y LA FUERZA ENERGÉTICA
Imagen el escudo por DC Comics.
QUINTO
CAPÍTULO: MONSTRUO MECÁNICO.
Supergirl, basado del personaje de la Androide 18 de Dragon Ball Z (de Akira Toriyama), hecha por Juan Carlos Quenguan. |
En una casa, a pocos
kilómetros del Colegio Femenino, llegaron el director Danvers y Linda en
automóvil, de tal manera que ambos se bajaron del auto. Al frente de la puerta
los recibía la esposa del director.
-¡Hola mi muñeco!– salió sonriente
la señora Danvers.
-Hola mi bombón– respondió
el director, en ese momento ambos se dieron un leve beso.
-Veo que tenemos compañía– expresó
la señora mirando a Linda.
-Ahh, claro– recordó el director,
avisando a Linda quien miraba todo alrededor –Linda, ven que mi esposa te
quiere conocer– la joven fue a donde estaba la señora Danvers, quien saludó.
-¿Cómo te llamas,
encantadora jovencita?-.
-Me llamo Linda Danvers– la
respuesta de Linda dejó asombrada a la esposa del director.
-No me digas ¿eres pariente
nuestra? – curioseó la señora.
-Lejana, soy más cercana a
la familia Kent– mintió Linda.
-Conozco a la familia, en
verdad nunca me habían hablado de ti– inquirió la señora.
-Linda vivió varios años en
Metrópolis junto con la familia Lee, ya que sus padres fallecieron cuando era
muy pequeña, además, comparte en algunas ocasiones con su primo Clark Kent– expuso
el director.
-El reportero del Daily
Planet, entiendo… bueno Linda, encantada en saludarte y bienvenida a nuestra
casa– saludó alegre la señora Danvers.
-Gracias, el gusto es mío– retribuyó
Linda.
Los tres entraron a la casa,
allá pasaron conversando sobre sus vidas, almorzaron y después Linda ayudó
amablemente a la señora Danvers en lavar la loza.
-¿Ustedes se conocieron
cuando eran jóvenes?– sondeó Linda.
-Por supuesto, George
siempre hacía locuras en el momento de conquista y yo no aguantaba con sus
locuras– sonrió la señora Danvers.
-El director sí que tiene
sentido de humor, pero Helen ¿el es drástico?– siguió indagando Linda.
-No tanto. Es amable,
amigable, comprensible y cariñoso, mira…- Helen aprovechó en aconsejar –si
quieres tener novio y que la relación perdure, debes conocer todos los
aspectos, tanto en los positivos como en los negativos; además, puedes querer y
amar verdaderamente, demostrando tus verdaderos sentimientos, eso me pasó con
mi esposo y nos funcionó-.
-Agradezco tu consejo, lo
tendré presente– apuntó sonriente Linda.
Después de lavar platos, el
director estimuló a Linda en jugar ajedrez.
-La verdad es que nunca juego–
negó Linda, por ello, Helen comenzó en mostrar el juego.
Cuando Linda entendió, Helen
había ganado a George.
-Ahora voy yo– decidió Linda
en jugar.
George pensaba que podía
ganar, pero se sorprendió que en pocas jugadas no pudiera ganar a Linda.
-No lo puedo creer señorita–
comentó atolondrado el director.
-Creo que tuve suerte en mi
primera vez– confesó retraída Linda.
-Ahora iniciemos de nuevo,
esta vez será en serio– arriesgó el director.
A pesar de las ganas de
arrollar, no entendía de los movimientos sencillos que jugaba Linda en el
ajedrez, seguidamente el director realizó una jugada de desesperación para
acercar a una de las fichas importantes, aunque, Linda volvió a ganar.
-Veo que no es tu día George–
dijo sonriente Helen.
-No entiendo… Linda,
definitivamente eres muy inteligente y buena en jugar ajedrez, cómo me gustaría
que representaras al Colegio Femenino en los juegos estatales– propuso atónito
el director.
-Agradezco mucho, pero me da
pena en aceptar, porque el ajedrez no es uno de mis pasatiempos favoritos– confesó
Linda.
Linda/Supergirl, basado del personaje de la Androide 18 de Dragon Ball Z (de Akira Toriyama), hecha por Juan Carlos Quenguan. |
-Pese a esto, ¿me imagino
que te gustó jugar por un momento al ajedrez?– indagó Helen, a quien Linda
sonrió acertando con su cabeza.
Llegando el atardecer,
George llamó a Linda para regresar, más tarde, los tres caminaron hacia el
portón de la casa.
-Espero que hayas disfrutado
con nosotros este rato, si quieres, puedes venir en cualquier día libre– sugirió
contenta Helen.
-Les agradezco mucho en acogerme
en su casa – manifestó Linda quien se despidió, subió al auto junto con el
director y ambos se marcharon al Colegio Femenino.
Llegando al colegio, el
director dejó a Linda en la portería de las habitaciones, ambos se despidieron
y el director fue hacia su casa. Linda se quedó en la portería para que no fuera
vista por la señora Murphy, en el momento que la mujer se fuera, caminó hacia
el bosque.
Era las horas de la noche,
dentro del boscaje Linda se sentó, sacó el mapa y la brújula de su maleta,
indicó las ciudades que andará y al tener claro, no perdió de vista al sentido
oeste; en seguida emprendió a correr, cambió su uniforme rápidamente por el
traje similar de su primo; sacó la peluca corta y castaña, dejando su cabellera
rubia. Al instante, miró su pulsera y la brújula a la vez, arrancando su vuelo
hacia los alrededores de Smallville y de Metrópolis.
Durante la búsqueda entre la
noche y la madrugada, Kara no percibía la energía del Omegahedron en su pulsera,
de tal manera que estaba preocupada. Insistió en la exploración hacia el
amanecer, apareciendo los primeros rayos del sol; en eso entonces, decidió parar
la búsqueda, retornando a Smallville para entrar en un tubo de alcantarillado
en construcción. Allá se cambió de nuevo para poner su vestido de estudiante, sin
que nadie se diera cuenta.
Esa misma mañana, Ethan
recibió una llamada para que fuera hacer un arreglo de jardinería doméstica,
fue al lugar donde indicaron la dirección, encontró una casa lujosa, avanzó y
timbró en la puerta.
-¿Quién es?– preguntó una señora,
acercando su ojo izquierdo al agujero de la puerta.
-Soy el jardinero, para
hacer un arreglo al jardín de su casa– respondió Ethan.
-Espera un momento, en el
momento abro–.
Aquella dama se acercó a uno
de los cuartos en donde estaba su compañera, quien estaba preparando una pócima
con los ingredientes preparados.
-Ya vino nuestro apuesto
jardinero– avisó la señora.
-Que bien Bianca, ahora
tengo todo listo– reveló Selena.
Bianca salió del cuarto y fue
directamente al portón, lo abrió, saludó a Ethan y lo llevó hacia la sala. Por
su parte, Ethan echó un vistazo, sorprendido por el contraste de los colores
oscuros entre las paredes y los muebles.
-Puedes sentar. ¿Quieres
tomar algún refresco antes de comenzar con el arreglo del jardín?– preguntó
Bianca, Ethan acertó con su cabeza –entonces me esperas un momento y avisaré a
mi señora– dicho ello, Bianca se retiró.
Ethan miró curioso toda la
sala, pareciera raro que el lugar tuviera una tonalidad oscura. Minutos después
apareció Selena.
-¿Me imagino que te llamas
Ethan, el jardinero que pedí para que arregle mi precioso jardín?– saludó
preguntando Selena.
-Por supuesto– respondió
Ethan parado del sofá –quiero que me indiquen el jardín para empezar mi labor,
porque, por la tarde tengo que ir a continuar en otra parte, donde trabajo
actualmente-.
-Claro, no te preocupes,
pero antes te enviamos el refresco– acto seguido, Selena avisó a Bianca para
que trajera la pócima.
Bianca entregó la pócima a
Ethan, quien lo probó, sintiendo un sabor agridulce.
-¿Esto qué es?-.
-Es un jugo tropical traída del
Brasil, espero que te guste– indicó amable Selena, Ethan tomó el refresco de
una vez y terminó.
-Pues nada mal está el
refresco, las felicito– agradeció Ethan.
-Gracias– respondió Selena –ahora
Bianca te revelará el jardín para que comiences en arreglar, espero que el
arreglo sea muy original-.
Mientras Ethan y Bianca
entraron al jardín, Selena no perdía de vista desde su habitación. En el
momento en que Ethan hacía su labor, Bianca se presentó a donde estaba Selena,
quien miraba inmutablemente.
-¿Cuándo va a surtir efecto
la pócima?– indagó Bianca.
-Más o menos… unos 30
minutos– manifestó mesurada Selena.
Pasaron los 30 minutos, Ethan
sentía dolor de cabeza junto con constantes mareos, miraba que el jardín oscurecía,
de las ramas y las flores surgieron ojos y manos que lo atrapaban, el joven resistió
débilmente, pero cayó al suelo.
-Ya es hora Bianca, necesito
que lleves a Ethan hasta la sala, acuéstelo en el sofá y esperamos que
despierte. Cuando él levante los ojos, me mirará directamente y se enamorará de
mí– expresó optimista Selena.
Ambas fueron al jardín,
recogieron con delicadeza a Ethan y lo llevaron al sofá de la sala, luego Selena
lo esperó con la esperanza en que su plan resultara.
Una hora después, de manera
extraña Ethan abrió levemente sus ojos, sintió mareos frecuentes, no echó un vistazo a Selena
y tambaleó lentamente por toda la casa; Selena comenzó a desesperar, ya que no
estaba funcionando su plan.
-Ethan, es mejor que
descanses– demandó Selena.
Pero Ethan no puso caso,
sintió miedo y decidió buscar una salida sin decir nada. Selena trató de
controlar, aunque Ethan salió de la casa hacia la calle; en ese instante, Selena
partió en busca de Ethan, notando sorprendida que en la puerta estaba Nigel.
-Hola Selena– saludó el
hombre –veo que estás preocupada-.
-No tengo tiempo en
atenderte, tengo un importante asunto por solucionar– respondió enojada Selena,
pero Nigel la agarró bruscamente del brazo izquierdo.
-Es hora que hablemos sobre la
esfera, y no me iré hasta que aclaremos sobre eso– dijo osado Nigel.
Ethan por su parte, caminó
tambaleando por el camino, viendo que era un lugar raro y desconocido, a su
paso interrumpió el tránsito de los automóviles, autobuses y camiones, donde los
conductores suscitaron en gritos e insultos para que el joven saliera del
camino, sin embargo no los escuchaba, siguiendo en vaivenes directamente a
Smallville.
Allá, en una de las
hamburgueserías, estaban: Lucy, sus amigos y Jimmy, quien había llegado al
pueblo. La señorita comía con la vista a la ventana y se alegró en ver a Linda
quien caminaba por las calles del pueblo, de una vez se levantó.
-Me esperan un momento,
porque hallé a mi compañera Linda, ahorita vengo con ella para que todos la
conozcan-.
-¿Quién?– curioseó sorprendido
Jimmy – ¿No es aquella prima de Clark?-.
-Si…- reconoció Lucy.
La joven abandonó por un momento
el lugar para salir a la calle, distinguió a Linda y la llamó:
-¡Linda! … ¡Hey, Linda!–
Linda escuchó sorprendida, ubicando su sonriente rostro a donde estaba su
compañera.
-¡Hola Lucy! ¡Ahorita cruzo!–
la estudiante echó una mirada a los lados y cruzó la calle para encontrar con
Lucy.
-¿Dónde andabas?– indagó
Lucy – ¿Te aburrió estar en la habitación del colegio?-.
-Para nada, lo que pasa es
que pasé por poco tiempo en la casa del director Danvers– confesó Linda.
-Entonces era bastante
aburrido, ¿por qué estuvo por allá?– siguió averiguando Lucy.
-Porque soy pariente lejana
del director– la contestación de Linda resignó desconcertada a Lucy.
-Como dicen, hay roscas de
familiares del director…- comentó indignada Lucy.
-No te enojes por favor,
además, quiero plasmar mi vida por mis propios medios, mas no requiero de otras
personas– objetó Linda.
-Bueno…- Lucy tomó un
respiro y cambió de tema –pues te cuento que estoy con un grupo de amigos en la
hamburguesería, uno de ellos es Jimmy, si quieres los presento para que
conozcas-.
-Pero no tengo permiso, además,
tengo puesto el uniforme del colegio…- dudó apenada Linda.
-¿Cómo así que no puedes?–
cuestionó Lucy –eso no es pretexto, solamente nos acompañas en un momento y
luego regresarás-.
-Definitivamente te
agradezco mucho Lucy– expresó sonriente Linda.
-Para eso somos las amigas–
al mismo tiempo, las dos se voltearon a la calle, donde escucharon varios alaridos
de personas encolerizadas.
-¡EHH, mira a dónde vas!-.
-¿Este está ebrio o se hace
el loco?-.
-¡Quítese que estorba!-.
Estos y demás bramidos eran
dirigidos a Ethan, quien no escuchaba, por ende, estaba inconsciente caminando
sin rumbo fijo.
-Mira a este borracho– expuso
extrañada Lucy, cruzando sus brazos.
Linda observó y se dio
cuenta que era aquel joven jardinero, con quien se encontró en el primer día
que estuvo en el colegio.
-¿No es éste el joven jardinero?–
examinó preocupada Linda –A propósito, ¿qué es un borracho?-.
-¿No sabes?– Lucy explicó
brevemente –un borracho es quien se pasa tomando licor casi todos los días,
luego se va tambaleando y mareado por las calles hacia rumbo desconocido-.
-Pero debemos que ayudarlo– propuso
Linda.
-Puede ser– aproximó Jimmy
hacia las dos jovencitas –aunque es mejor no ayudar, seguramente puede traer
una arma blanca o una arma de fuego y nos meterían en graves aprietos– después
se presentó –a propósito, me llamo Jimmy Olsen, mucho gusto-.
-Me llamo Kara…- la respuesta
seria de Linda sorprendió a ambos.
-¿Kara?– se preguntaron Jimmy
y Lucy al unísono, Linda ojeó a ambos y se apenó.
-Es decir… con la cara preocupada
y confundida– contrarió Linda.
-Es mejor que entremos, seguramente
la comida que ordenamos se va a enfriar, allá nos acompañas y hablemos
tranquilamente– sugirió Jimmy, las dos aceptaron y entraron a la
hamburguesería.
Mientras tanto en la casa
lujosa, Selena no perdió de vista de los pasos oscilantes de Ethan, Bianca se inquietó.
-Debemos que hacer que el joven
vuelva hasta acá–.
-¿Pero cómo?– indagó Selena.
-¿Por qué no usamos el cofre
negro donde está la esfera?– propuso Bianca.
-Buena idea–.
Angustiada Selena, dirigió a
donde estaba el cofre negro, lo cogió y la imagen de Ethan se desvanecía; inmediatamente,
sacó el cofre y cayó boca arriba, con el cofre negro en forma de pico en sus
manos; haciendo que el Omegahedron, que estaba dentro del cofre, comenzaba a
mover bruscamente, reapareciendo la imagen de Ethan en el espejo.
-¿Qué pasó?– interrogó
Bianca -¿estás bien?-.
-Estoy bien…– manifestó Selena
–pero necesito llamar la mente de Ethan, para que él regrese a mí-.
Selena empezó a invocar,
usando el Omegahedron para atraer la mente de Ethan; no obstante, del hechizo
hizo prender a una máquina traga-tierra que estaba en un sitio de construcción
de vivienda. En ese lugar, los obreros se asustaron al ver a la máquina
prenderse por sí sola, rompiendo la cerca de madera que delimitaba la zona de
construcción con la calle, partiendo directamente hacia Ethan, quien caminaba
en medio de la vía.
-Me sorprendes Selena…- expresó
Bianca.
-En verdad no era lo que deseaba,
pero con eso atraparé al apuesto joven…- reconoció Serena, mirando atentamente
al espejo.
La máquina llegó de manera
rápida a Ethan, quien abrió un poco más sus ojos, viendo borrosamente la figura
de un monstruo que quería comerlo, en seguida se asustó y corrió en forma de meneo
en medio del camino, cayendo varias veces.
Cuando el chico buscaba a
dónde esconder, la máquina lo perseguía, rompiendo las fachadas de varias casas
y tiendas, provocando pánico a los habitantes del pueblo que transitaban; Ethan
no podía andar y cayó al suelo; dejando que la máquina, con sus dientes de
acero, lo recogía y lo llevaba en dirección hacia la casa de Selena, rompiendo
más fachadas a su paso.
En una estación de gasolina
estaba estacionado un automóvil, cuyos ocupantes era una familia, quienes llegaron
para tanguear el auto. El niño miró desde la ventana a la máquina que se acercaba
y llamó a su mamá.
-Mamá, se acerca una máquina-.
-Michael, ya te dije que no compraré
más juguetes– alegó desconfiada la madre.
-No es eso mami, es una
máquina de verdad y se acerca hacia acá– intimó el niño.
-Si sigues insistiendo, no compraré
tu helado– la mamá dio una ojeada en la ventana, se asustó y gritó a su esposo
-¡Amor! ¡Prende el auto, rápido!-.
El esposo miró al otro lado,
se alarmó y trató de encender el vehículo, aunque éste no prendía. La máquina
rompió la columna, chocó de manera violenta contra el auto, causando que el
señor se golpeara de frente, quedando inconsciente; la señora, su hijo y el
bebé gritaron y lloraron desesperadamente.
La manguera que estaba
conectada con el auto cayó al piso y derramó gasolina por todos lados, el techo
de la estación desplomó por encima del auto, cediendo a los avisos publicitarios
que derribaban. La máquina continuó su rumbo, rompiendo un poste de luz que bajó
al suelo, cerca de la estación de gasolina.
Los desesperados habitantes gritaron
pidiendo auxilio.
Bianca temía algo y expuso a
su amiga:
-Selena, tengo un mal
presentimiento con toda esta situación, sería bueno que lo hiciéramos para otro
día…-.
-De ninguna manera, estoy
convencida que está saliendo muy bien– rehusó Selena.
A pocas cuadras de la
estación de gasolina quedaba la hamburguesería, donde estaban comiendo: Linda,
Lucy, Jimmy y los demás jóvenes. La conversación era amena, hablando de lo que
hacían los jóvenes en sus ratos libres, dejando desconcertada a Linda quien no
sabía qué decir al respecto; pero dicha conversación era interrumpida por los
fuertes ruidos, golpes y explosiones; todos se levantaron y miraron desde la
ventana de la hamburguesería lo que estaba acaeciendo.
La máquina llevaba a un
joven encerrado, Linda fijó su mirada microscópica y se sorprendió de quien estaba
atrapado era Ethan, sin embargo, no decía a nadie.
Lucy decidió en arriesgar, para
tratar de subir y montar a la máquina.
-¡Lucy!, ¿Qué haces?– exclamó
Linda.
-Voy tras Lucy para ayudarla–
decidió Jimmy en apoyarla, llevando su cámara fotográfica para tomar las fotos
y a la vez en tratar de ayudar a Lucy.
-¡Pero es muy peligroso!– advirtió
Linda.
No obstante, divisó a los
alrededores la destrucción que dejaba la máquina: varias casas destrozadas,
heridos y muchos en pánico.
Mientras Lucy trataba de subir
a la máquina y conducirla hacia un lugar más seguro para poder pararla, Linda
escuchaba en sus agudos oídos los gritos de clamor de la señora, su hijo y el
bebé en llanto desde aquel automóvil atrapado en la estación de gasolina.
Sin pensar dos veces, la
chica decidió correr rápidamente hacia el baño del establecimiento, cerró la
puerta, se quitó el uniforme de estudiante y se puso el traje similar al de su
primo; pasando por la ventana del baño directamente al tejado de la
hamburguesería. Desde allí contempló la situación: por un lado, Lucy no podía
manejar la máquina, por el otro lado en la estación de gasolina, los bomberos
no lograban controlar las llamas que llegarían a donde estaba la gasolina
derramada, amenazando en rumbo hacia el poste caído, donde prendía chispas de
cortos de los cables sueltos.
En ese instante, Kara vislumbró
fijamente hacia los cables sueltos, emitiendo rayos de calor de sus ojos para
neutralizar los cortos y las chispas, luego emprendió su rápido vuelo hacia la estación
de gasolina, donde sopló un fuerte viento frío para apagar el incendio.
Supergirl, basado del personaje de la Androide 18 de Dragon Ball Z (de Akira Toriyama), hecha por Juan Carlos Quenguan. |
Como los bomberos no alcanzaban
a distinguir nada y los habitantes huyeron, nunca se enteraron que Kara estaba
en la estación de gasolina. Allá levantó el techo derrumbado de la estación y
lo hizo caer en la calle donde no había nadie, cuyo fuerte retumbo del desplome
alarmó a los bomberos, quienes se alejaron del lugar pensando que la estación podía
destruirse.
La hermosa joven fue hacia
el auto, arrancó ambas puertas del lado derecho del auto con sus manos y los
tiró de lado; sacó al hombre, luego a la señora con el bebé en los brazos y en
seguida al niño. Ellos estaban inconscientes por aspirar el humo de las llamas,
por lo tanto, a cada uno los acostó cuidadosamente en el piso, posteriormente fue
a sacar el auto.
En ese momento, el niño
abrió sus ojos lentamente y conoció a la joven, pensando: “Que raro… una
señorita vistiendo el mismo traje de Superman…”; de repente trató de levantar,
pero Kara se percató dejando fuera de peligro al auto, acercando a donde estaba
el niño.
-Gracias…- agradeció el infante,
Kara tocó con sus dedos índice y corazón de su mano derecha para callar
tiernamente al niño -…quiero saber ¿cómo te llamas?...–.
-Soy una amiga… pero te pido
un favor, no cuentes a nadie que estoy acá, quedemos como un secreto,
¿prometido?– pidió Kara.
-Te prometo… amiga…-
contestó sonriente el niño.
-Recuéstate, pronto vendrá
la ayuda para ampararlos– después de recomendar, Kara voló.
En ese instante, dio cuenta
que Lucy sufrió un golpe estando sentada en la máquina, el cual, la dejó
inconsciente; como hubo bastante fuego por casi toda la calle, vio un enorme tanque
de agua, voló hacia allá y con velocidad supersónica lo traspasó, abriendo dos
grandes agujeros que al instante cayó agua, controlando gran parte del
incendio.
Más adelante, fue a donde estaba
la máquina, levantando con su rápido vuelo todo el humo y polvo del piso,
dejando sin visión en minutos a todos los presentes.
En el instante que Kara
llegaba a la máquina, Selena se pasmó.
-No puede ser… - expresó
Serena mirando la situación, Bianca también lo notó.
-No creo que sea Superman, ¿quién
es? – cuestionó Bianca.
-Es una chica, vistiendo un
disfraz de Superman… tal vez la llamen Supergirl– declaró Selena.
Kara agarró entre la caja y
las ruedas de la máquina, frenando con bastante fuerza para que la máquina perdiera
velocidad; pronto, arrancó la caja en donde estaba atrapado Ethan con sus manos,
llevándolo hacia una zona de hierba. Al voltear, miró que la máquina continuaba
a paso lento con Lucy dentro, voló rápidamente antes que la máquina destrozara
una vivienda, se detuvo en el andén y con sus manos paralizó con fuerza a la
máquina.
Inmediatamente, sacó a Lucy
de la cabina, dejándola en el piso con cuidado y al ver que Lucy estaba bien, se
elevó de nuevo a donde estaba Ethan.
Jimmy alcanzó a ver lo que
hizo Kara, trató de llamarla pero ella se marchó, al instante corrió a donde
estaba Lucy.
-Lucy, ¿estás bien?– examinó
preocupado Jimmy, ella reaccionó abriendo sus ojos y cogió sus manos en la
cabeza.
-Estoy bien…gracias Jimmy
por salvarme…- manifestó Lucy.
-No me agradezcas, más bien agradézcale
a una chica, vestida de forma similar a
Superman, quien te salvó– aclaró sonriente Jimmy.
Superman, quien te salvó– aclaró sonriente Jimmy.
-¿Cómo…? – indagó Lucy,
sintiendo un pequeño dolor en su cabeza.
-Sí, vi que te salvó. Creo
que hay más personas del planeta que vino Superman, tal vez a ella la llaman
Supergirl… Pero me alegro que estés bien– afirmó Jimmy.
-¿Crees que ella forma parte
de aquellos sujetos que acompañaron a Zod? – preguntó Lucy.
-No creo, más bien puede ser
amiga o familiar de Superman, si vino acá es para salvar vidas. Es mejor que te
lleve a casa para que olvidemos de este incidente– con esas palabras, Jimmy
levantó a Lucy en sus brazos y la llevó directamente hacia la casa de la
familia Lein.
Por su parte, Kara llevó la
caja hacia los lados cercanos del hospital del pueblo, allá abrió los dientes
de la caja fácilmente y miró a un Ethan inconsciente; en poco tiempo, éste
reaccionó y abrió sus ojos poco a poco.
Cuando Selena los vigilaba a
través de su espejo, intentó en decir: “No la mires, no le digas…”. Pero Ethan,
al abrir completamente sus ojos, vio a una hermosa joven rubia con rostro
angelical y ojos de color azul profundo, pronto creyó haber visto a un ángel.
-Todo está bien, no sufriste
de golpes fuertes– explicó Kara.
Ethan, al verla, se enamoró
a primera vista.
-Te quiero…- esas palabras
dulces de Ethan dejó extrañada a Kara.
-¿Cómo me has dicho?–
preguntó confundida Kara.
-Te amo, nunca he visto a
una chica tan hermosa en este mundo– reveló Ethan levantando y poniendo en
frente de Kara.
Por su parte, a Selena no gustó
nada.
-¡NOOOO…!– vociferó con
bastante enojo Selena, cogiendo su cabeza.
-¿Me amas? Pero no te
conozco…– osciló Kara.
Pero Ethan se acercó y la
besó en sus labios, después se desmayó en los brazos de la joven, quien pensó
confundida y sonriente: “Será mejor que lo lleve hasta aquel hospital para que
lo atiendan”; dejó a Ethan en el suelo cuidadosamente (en ese momento Selena no
quería saber ni ver nada en el espejo), se vistió de nuevo con el uniforme del
colegio, alzó a Ethan en sus brazos y lo llevó hacia el hospital, disimulando que
cargaba algo pesado.
-¡Necesito un médico! ¡Llevo
un joven herido!– los alaridos de Linda eran atendidos por uno de los médicos.
-¿Cómo se accidentó?–
preguntó el médico, preparando la camilla con la enfermera.
-Lo encontré inconsciente y
golpeado en un accidente– respondió Linda.
La atención en el hospital
era inmediata, entrando al hospital lo llevaron al quirófano, Linda los siguió
hacia la puerta donde no dejaron pasar y la enfermera tomó los datos, interrogando
a Linda.
Posteriormente, Linda quedó
esperando hacia del atardecer en el hospital, averiguando sobre el estado de
salud de Ethan, ya que sentía algo raro a partir de aquel primer beso que
recibió.
Escrito
inicialmente el día martes, 2 de febrero de 2010.
Editado
para el Sitio Bagatela el jueves 19 de agosto de 2010.
Primera
corrección: martes, 17 de enero de 2012.
Segunda
corrección: miércoles, 31 de octubre de 2012.
Tercera
corrección: lunes, 23 de junio de 2014.
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