14 de abril de 2010

Supergirl y La Fuerza Energética, Capítulo II



PRIMER FANFIC: SUPERGIRL Y LA FUERZA ENERGÉTICA

Imagen el escudo por DC Comics.

He recibido algunos mensajes, agradeciéndome sobre este fanfic que estoy escribiendo en español, de tal manera que, bien saben es uno de los muy pocos fanfics sobre este personaje, espero que vean más gente, porque esta historia ficticia apenas comienza.

 

SEGUNDO CAPÍTULO: GRAVE SITUACIÓN EN ARGOS CITY.

Supergirl, basado del personaje de la Androide 18 de Dragon Ball Z (de Akira Toriyama), hecha por Juan Carlos Quenguan.
El viaje del pequeño Kal-El era rápido, cuando llegó a la Tierra, el niño tenía 12 años de edad.

En el Espacio Interior, el tiempo transcurrió lentamente. Durante el desarrollo del embarazo normal que tuvo Allura, sentía leves contracciones. Sin embargo un día, en plena reunión con los kriptonianos sobrevivientes, Allura sintió con gran dolor las siguientes contracciones, sus gemidos alertaron a todos los presentes. Zaltar y Zor-El ayudaron en el parto, llevando a Allura al otro sitio, donde ocurrió el nacimiento de una niña.

-Es muy hermosa Allura– expresó alegre Zor-El.

Zaltar cargó la niña en sus brazos y se lo dio a Allura, quien estaba acostada y cansada del parto; la pareja mostró inmensa alegría en sus rostros. Cuando miraron en el sistema para saber sobre la vida de Kal-El, cuando éste tenía 15 años, Allura sugirió a Zor-El:

-Como es una niña se llamará Kara, ya que recordaremos siempre de Jor-El, de Lara y de Kal-El… Estoy segura que cuando crezca, será inteligente, sabia y con fuerza de voluntad para proteger a todos los seres queridos y tomar sus propias decisiones-.

Zor-El alzó la niña y manifestó sonriente.

-Así será. Hija mía, a ti te llamaremos Kara-.

El tiempo pasó, se hicieron adecuaciones en el manejo del tiempo en Argos City para que sean similares al uso de horario de la Tierra. Las niñas y los niños de Argos City entraban a recibir enseñanza general y elemental.

Kara era una de ellos, con 7 años de edad llegaba tarde a las enseñanzas en varias ocasiones, por ese motivo, tuvo un nivel de conocimiento bajo, de ahí que, siempre se distrae por cualquier cosa que miraba, más, si son cosas raras creadas por Zaltar para que se vea bien llamativa la ciudad.

La maestra de trigonometría hexadimensional llamó la atención a Kara:

-Kara, ¿por qué tienes que distraerte de nuevo? Me preocupa que llegues tarde– preguntó preocupada la maestra.

-Perdón maestra, estoy sorprendida por las figuras y objetos que crea Zaltar– contestó apenada Kara.

-Pero Kara, si sigues así, no podrás desarrollar tu capacidad intelectual ni desarrollarás tu madurez– advirtió la maestra.

-No se preocupe maestra, me comprometo a ser más dedicada en mis conocimientos– Kara se comprometió.

Horas después de terminada la enseñanza, Kara fue a ver a Zaltar, quien estaba creando una enorme escultura con una vara especial para crear objetos; ella como cualquier niña inocente, echó un vistazo y preguntó sorprendida.

-¿Qué es lo que estás creando Zaltar?-.

-¡Un árbol!– reveló exclamando Zaltar.

-¿Un árbol? Muy raro…- comentó Kara, mirando la figura de arriba hacia abajo.

-¿No sabes qué es un árbol?– cuestionó extrañado Zaltar.

-No, ¿qué es?– contra preguntó Kara.

-El árbol es un ser viviente del planeta Tierra, es parte de un reino natural denominado reino vegetal…- cuando Zaltar explicaba, a Kara le recordó algo.

-Perdón Zaltar, pero ¿no es el mismo planeta en donde vive mi primo Kal-El?-.

-¡Exacto!– expresó sonriente Zaltar.

-Y… si el árbol es un ser viviente, ¿cómo va a estar viva acá?– la inquietud de la hermosa niña sirvió para que Zaltar mostrara el Omegahedron. Al verla Kara se inquietó, por lo tanto sabía qué era. -Zaltar, ¿cómo conseguiste el Omegahedron? ¿Acaso lo robaste a espalda de los Guardianes?-.

-No, para nada, pedí prestado el Omegahedron a los Guardianes, solamente para cobrar vida a éste árbol– desmintió Zaltar.

-¿Entonces el Omegahedron cobra vida a todo objeto?– siguió indagando Kara.

-Bueno, esta fuerza energética no cobra vida a cualquier objeto, por eso todo es una ilusión– respondió Zaltar.

Él tomó la vara, lo acercó cuidadosamente al Omegahedron y recibió suficiente energía en forma de esfera en el momento de resplandecer.

-Para que inspire…- recitó concentrado Zaltar.

Kara repitió la frase, viendo que Zaltar acercaba cuidadosamente la vara hacia la figura, del cual, destelló totalmente y cobró algo de vida.

-Qué bello…- exclamó asombrada Kara, a quien le surgió otra cuestión: -¿Es difícil viajar hacia el Planeta Tierra?-.

-¿No has aprendido de manera exacta sobre la trigonometría hexadimensional de los planetas y espacios?– Zaltar inquirió extrañado, Kara lo pensó y como no tenía idea, Zaltar explicó: -Mira, estamos en el Espacio Interior, el Planeta Tierra está en el Espacio Exterior, viajar desde cualquier planeta hacia la Tierra es de manera fácil y rápida, de ese modo, la distancia está medida en años-luz; sin embargo, desde el Espacio Interior es más complejo y difícil llegar hacia cualquier planeta, aunque, tengo algo que podrá funcionar en llegar a la Tierra-.

-¿Cuál es?– curioseó Kara.

-Es una nave, la llamaré cápsula binaria, sobre ella tengo varios análisis de diseño y formas de manejar; todos ellos registrados en una base de datos compiladas en uno de los cristales, solamente, me falta construir la nave y experimentar su velocidad y resistencia. Con ella, ¡podré llegar a la Tierra en menos tiempo que una nave en el espacio exterior!-.
Cuando Zaltar continuaba explicando, Allura los distinguió acerándose hacia ellos, mientras, Kara continuaba con su inquietud.

-Pero es riesgoso ir sin saber de lo que puede pasar-.

-¡Con esta nave, llegaré como un rayo!– Alegó Zaltar –además, llegaré sano y salvo, no tendré inconvenientes-.

-¿Y cómo podrás regresar hasta acá, desde allá…?– en el momento en que Kara preguntaba, Allura llamó a voz alta.

-¡Kara! ¿Dónde estás?-.

Kara se volteó y miró a su madre.

-¡Aquí estoy, con Zaltar!– respondió Kara, levantando su mano.

Allura se acercó hacia Kara, la abrazó e indagó con tierno tono.

-¿Por dónde andabas hija?, pensé que regresarías temprano después de las clases-.

-Tranquila Allura…- interrumpió Zaltar, mostrando su sonriente rostro – Kara está bien, conmigo, solamente vino por curiosear, ya que estoy mostrando milagros–.

A la vez, pidió a Kara que mostrara su antebrazo izquierdo, ella lo hizo y con la vara, Zaltar creó una bonita pulsera de cristal en la muñeca de la mano izquierda; luego prestó la vara.

-Tome firmemente la vara, apriétala y vaya creando sus propios objetos, que no sean tan grandes ¿eh?- indicó Zaltar.

Al entregar la vara, Kara se alegró, presionó la vara y corrió hacia el rincón de la ciudad.

-¡No te alejes y prueba tu propia imaginación, inténtalo!– solicitó Zaltar con voz alta.

Cuando Kara estaba en aquel rincón, Allura habló con Zaltar.

-¿Es cierto que tienes planeado salir de acá?-.

-Si…- contestó Zaltar.

-¿Por qué? Si bien sabes que nos ayudaste con la protección de esta ciudad, además, te ofrecieron para que formaras parte del Concejo – instó Allura.

-Allura, soy un viajero de otros mundos, es difícil estar tanto tiempo sedentario; como cualquier ser, tengo mis propias decisiones, mis errores y mis problemas – confesó Zaltar.

-Pero nosotros te reconocemos como un ser sabio y protector…-.

Mientras Allura y Zaltar seguían conversando, Kara por su parte creó una figura muy rara, era un mosquito mediano y puntiagudo.

Para que Allura no se enterara del Omegahedron, Zaltar metió de manera cuidadosa la fuerza energética por atrás, lo detuvo con su pie derecho y con el talón de aquel pie, lo golpeó para que rodara hacia el rincón, donde estaba Kara, sentada y concentrada en realizar su figura.

Al terminar la figura, sintió que le llegaba un objeto esférico, se volteó y se asombró que era el Omegahedron; pensó en devolverlo a Zaltar, pero decidió usarlo para dar vida a su figura. Cogió la vara, la acercó lentamente al Omegahedron para que absorbiera algo de energía, luego aplicó a la figura, tocando sus alas.

Poco a poco la figura cobró vida, moviendo sus alas para empezar a volar, dando varios giros alrededor de una Kara contenta, no obstante, esa alegría duró poco, de modo que el mosquito fue directamente hacia una de las múltiples ventanas-muro de la ciudad, como voló más rápido, chocó contra la ventana y la rompió.

El choque ocasionó una fuerte succión de aire desde el Espacio Interior, alarmando a todos los habitantes de Argos City, entre ellos Allura y Zaltar, quienes asustados corrieron hacia Kara.

-¡Kara, la fuerza energética!– el grito de Zaltar era tardío.

El Omegahedron era succionado, pasando al Espacio Interior sin rumbo; Kara estaba asustada, como no se apoyó en algo, también fue succionada por el agujero.

-¡Auxiliooo! ¡AAAHHH! ¡Ayúdameee!– gritó Kara, llorando amargamente, agarrando con dificultad en uno de los marcos del muro.

Afortunadamente, Zor-El llegó a tiempo para socorrer a su hija del desperfecto y la llevó a los brazos de Allura; al mismo tiempo, Zaltar cogió la vara y reparó el daño.

-¿Qué pasó Kara? ¿Estás bien?– examinó Allura, tranquilizando a su hija.

-Madre… perdóname… cuando estaba creando mi figura, encontré el Omegahedron que estaba en el piso y lo usé para hacer volar; éste dio vueltas y de repente rompió el muro de vidrio…- expuso sollozando Kara.

-¿Y el Omegahedron?– indagó preocupado Zor-El.

-Desapareció, succionado hacia el Espacio Interior– reconoció resignado Zaltar.

-No puedo creer que usted haya robado el Omegahedron– señaló enfurecido Zor-El.

-El Omegahedron no lo robé, solo pedí prestado– alegó disgustado Zaltar.

-¡AH!– profirió enérgico Zor-El – ¡Además de ladrón, mentiroso!-.

-¡Basta!– interrumpió lloriqueando Kara –Por favor no peleen, yo tengo la culpa de usar el Omegahedron como una ignorante-.

-¿Y ahora, qué va a pasar con la ciudad sin el Omegahedron?– preguntó Allura angustiada, teniendo a Kara en sus brazos.

-Por ahora no pasará nada– indicó un poco sereno Zaltar – pero en los siguientes años, la ciudad perderá energía; cuando se agote, todos morirán– la oración dejó preocupados a todos los habitantes de Argos City.

-¿Y cómo podemos encontrar el Omegahedron?– preguntó sollozando Kara.

-Pequeña, la única forma es buscarlo en el Espacio Interior y tal vez en el Espacio Exterior– contestó Zaltar.

-¡Imposible!– Interrumpió Zor-El –No podemos salir de esta ciudad, ¿cómo podrás encontrar y traer de regreso a esta ciudad?-.

-Es posible que cuando tenga lista la cápsula binaria, podré buscar y encontrar el Omegahedron– propuso Zaltar –además, la pulsera que di a Kara será buena herramienta para detectarlo-.

-En ese caso, usted no va a buscar el Omegahedron, porque estás arrestado– indicó Zor-El en tono seco
.
-Si es así– expresó Zaltar –entonces aceptaré mi arresto y mi prisión en la Zona Fantasma-.
-No quiero que te vayas…- volvió a llorar Kara, Zaltar la tranquilizó.

-No llores mi niña…– luego se dirigió a los demás –estoy seguro que ustedes van a sufrir dentro de algunos años, pero mi sufrimiento será de por vida a partir de este momento-.

Los guardianes arrestaron a Zaltar y lo llevaron hacia un cuarto cerrado impenetrable.

Al día siguiente, antes de ir a las enseñanzas, Kara caminó a donde estaba encerrado Zaltar.
-Perdóname Zaltar…– dijo triste Kara –por lo que cometí–.

-No es necesario que pidas perdón mi niña– respondió Zaltar en tono dulce – estoy seguro que la fuerza energética no está lejos, es posible que podría llegar al Planeta Tierra, solo espero que ningún ser vivo de aquel planeta lo toque, porque si lo hace, la maldad dominará sobre el juicio de aquel ser para dominar o destruir dicho planeta-.

-Tengo que impedir– expresó resuelta Kara.

-¿Cómo lo impedirás?– Cuestionó Zaltar –si aún eres una niña y no tienes la suficiente madurez ni la suficiente sabiduría de un adulto para tomar esa clase de decisión– Kara no sabía qué hacer, quería buscar el Omegahedron, a pesar de eso Zaltar tuvo razón.

-Zaltar, te prometo que cuando madure y tenga sabiduría, buscaré y encontraré el Omegahedron, lo haré cueste lo que me cueste– prometió Kara.

-Kara… - indicó cariñoso Zaltar – si quieres cumplir con lo que prometes, deberás cumplir, eso sí, tienes que cuidarte mucho cuando seas más grande. Si vas a La Tierra, experimentarás lo mismo que está experimentando tu primo, porque la densidad molecular de la atmósfera del sol amarillo te hará ser más fuerte, más rápida, podrás volar, tendrás grandes poderes usando todos tus sentidos, aunque deberás ser inteligente y responsable en tomar tus propias decisiones–.

-¿Algún día volveré a verte?– preguntó Kara.

-Quién sabe…- respondió pensativo Zaltar –pero estaré apoyándote en lo que harás, de todo corazón-.

Esa fue la última vez que Kara habló con Zaltar en Argos City. Tiempo después Zaltar era llevado a la Zona Fantasma, donde permaneció el resto de su vida.

El tiempo fue pasando, cuando Kara más crecía, más se hacía hermosa; era más inteligente, destacada entre los jóvenes de Argos City por sus conocimientos y por su dedicación; a pesar de que aún mostraba su distracción y torpeza, se sintió madura cuando cumplió sus 15 años.

En eso entonces, Kal-El comenzó a trabajar como periodista, mostrando una falsa identidad como Clark Kent; sin embargo, cuando se convertía en superhéroe, era conocido por los humanos como Superman, realizando sus aventuras y hazañas para proteger a la humanidad y al planeta. Todos esos acontecimientos fueron vistos por Kara desde Argos City, quien estaba entusiasmada en querer conocer a su primo y compartir la misma misión que él hacía.

En ese momento, la ciudad cada vez perdía más energía por consecuencia de la ausencia del Omegahedron, la situación era más grave de lo que todos se imaginaban. Por consiguiente, el Concejo convocó de carácter urgente una reunión para definir soluciones ante el grave problema que estaba pasando.

Entre quienes asistieron a la reunión, estaban los padres de Kara. La discusión se hizo más tensa en aquella reunión, por el motivo que no llegaba a un acuerdo para dar medida a la situación. Zor-El estaba indeciso sobre la propuesta de la Cápsula Binaria, puesto que él mismo la construyó, siguiendo las instrucciones y parámetros de los datos que dejó Zaltar en el cristal, realizando pruebas de resistencia y de velocidad con la nave.

-Zor-El– dijo Allura cuando él aún pensaba de esa posible solución –es mejor que expongas a todos, antes que ellos tomen la decisión sobre la ciudad-.

Zor-El se mostraba indispuesto y pensativo, pero al echar un vistazo a una Allura sonriente para generar confianza, se armó de valor, pidió la palabra y se dirigió ante todo el Concejo.

-Señores, sugiero que es momento de enviar a alguien de esta ciudad para buscar el Omegahedron, si esa fuerza energética está en la Tierra, tendremos que pedir ayuda a Kal-El para que nos ayude en la búsqueda-.

-¿Se puede saber cómo vamos a enviar a uno de nosotros para allá?– interrogó sensato uno de los integrantes del Concejo.

-En el proyecto que dejó Zaltar, saqué los datos para construir una nave, con ella hice experimentos y soy optimista que funcionará– la respuesta de Zor-El generó gran discusión en todo el Concejo.

-Pero usted decía que es difícil salir de esta ciudad– debatió otro de los concejeros.

-Analizando sobre la nave, es posible realizar el viaje– confesó seguro Zor-El.

-Si es así como planteas, ¿quién va a ir en ella? ¿Usted Zor-El? – puso en tela de juicio otro integrante del Concejo.

-Zor-El no va, pero sí nuestra hija Kara– impugnó Allura, evitando a lo que iba expresar Zor-El.
-¿Cómo vas a sugerir a nuestra hija?– inquirió extrañado Zor-El a Allura.

-Porque ella me confesó que prometió a Zaltar en buscar el Omegahedron, está totalmente dispuesta y tiene suficiente madurez para asumir esta responsabilidad– apuntó austeramente Allura.

-¿Es cierto lo que insinúa, Zor-El?– preguntó otro de los concejeros, Zor-El discutió en voz baja con Allura.

-Si sugieres a nuestra hija, no podrá solucionar con esto-.

-Confía en mí, estoy segura que todo saldrá bien– alegó Allura con tranquilidad.

Zor-El dio un gesto de aceptación ante todo el Concejo, ellos comenzaron en analizar la propuesta y al terminar deliberaron.

-Zor-El, su idea será aceptada, siempre y cuando su hija se entere y tome la decisión ante esta misión, si es así, prepare y condicione la nave para que ella viaja–.

De inmediato, Allura salió corriendo a donde estaba Kara, quien veía en uno de los vidrios de cristal lo que hacía Kal-El en la Tierra.

-Kara, es importante que me acompañes– avisó Allura.

Kara/Supergirl, basado del personaje de la Androide 18 de Dragon Ball Z (de Akira Toriyama), hecha por Juan Carlos Quenguan.
-¿Para qué madre?– indagó Kara.

-Para que tomes una decisión, del cual has querido prometer– indicó Allura.

Kara aceptó y fue con Allura directamente al Concejo; allá se encontró con Zor-El para que los tres caminaron al centro de la reunión.

-Kara, un paso al frente– Kara obedeció y avanzó -¿aceptarás cumplir con la misión de encontrar el Omegahedron y traerlo de vuelta a Argos City?-.

Kara miró a sus padres, quienes se entrelazaron sus manos para mostrar confianza, luego tomó un respiro y respondió de frente.

-Acepto la misión-.

-Entonces su misión empieza ahora, vaya a la nave que construyó su padre, el futuro de nuestra ciudad está en sus manos-.

Tras la decisión unánime del Concejo, Kara tomó otro respiro, se dirigió a sus padres y los abrazó.

-Gracias por confiarme, no los decepcionaré y regresaré lo más pronto posible con el Omegahedron hasta acá– agradeció Kara de manera alegre.

-Kara– aconsejó Zor-El –la pulsera que traes te servirá para sentir la energía del Omegahedron, además, con esa misma pulsera podrás comunicar con nosotros desde cualquier lugar, nosotros estaremos pendientes de ti– y la abrazó, luego Kara abrazó a su madre.

-Hija, sé que es muy difícil dejarnos a tu temprana edad, pero estoy segura que conseguirás lo que has prometido a Zaltar– dijo Allura con algo de melancolía en su rostro.

-Tranquila madre– expresó Kara – estaré bien, me cuidaré y regresaré pronto-.

Después de abrazarlos Kara caminó hacia la nave donde se acomodó, la nave se cerró automáticamente y en seguida despegó. Sus padres la siguieron caminando a pasos rápidos, al verlos la chica se despidió con su mano derecha y con una bella sonrisa en sus labios.

-¡Kara, no te olvides de nosotros!– Gritó Allura; la nave salió de la ciudad sin inconvenientes –espero que regreses– continuó Allura, quien al lado de Zor-El, caminaron de nuevo al Concejo.

Kara miró desde la nave si aparecía el Omegahedron, aunque recordó algo: “Lástima que no avisé que mi primo se fue del Planeta Tierra para una misión hacia otros planetas, a pesar de eso, cumpliré sola en esta misión”.

Revisó su pulsera para sentir la presencia del Omegahedron y cuando lo sintió, dirigió la nave más allá del Espacio Interior.

Escrito inicialmente el domingo, 3 de enero de 2010.
Editada para el Sitio Bagatela el miércoles, 14 de abril de 2010.
Primera corrección: miércoles, 11 de enero de 2012.
Segunda corrección: domingo, 28 de octubre de 2012.

Tercera corrección: jueves, 22 de mayo de 2014.

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