PRIMER FANFIC: SUPERGIRL Y LA FUERZA ENERGÉTICA
He recibido algunos
mensajes, agradeciéndome sobre este fanfic que estoy escribiendo en español, de
tal manera que, bien saben es uno de los muy pocos fanfics sobre este
personaje, espero que vean más gente, porque esta historia ficticia apenas
comienza.
SEGUNDO CAPÍTULO: GRAVE SITUACIÓN EN ARGOS CITY.
Supergirl, basado del personaje de la Androide 18 de Dragon Ball Z (de Akira Toriyama), hecha por Juan Carlos Quenguan. |
En el Espacio Interior, el
tiempo transcurrió lentamente. Durante el desarrollo del embarazo normal que
tuvo Allura, sentía leves contracciones. Sin embargo un día, en plena reunión
con los kriptonianos sobrevivientes, Allura sintió con gran dolor las siguientes
contracciones, sus gemidos alertaron a todos los presentes. Zaltar y Zor-El
ayudaron en el parto, llevando a Allura al otro sitio, donde ocurrió el
nacimiento de una niña.
-Es muy hermosa Allura– expresó
alegre Zor-El.
Zaltar cargó la niña en sus
brazos y se lo dio a Allura, quien estaba acostada y cansada del parto; la
pareja mostró inmensa alegría en sus rostros. Cuando miraron en el sistema para
saber sobre la vida de Kal-El, cuando éste tenía 15 años, Allura sugirió a
Zor-El:
-Como es una niña se llamará
Kara, ya que recordaremos siempre de Jor-El, de Lara y de Kal-El… Estoy segura
que cuando crezca, será inteligente, sabia y con fuerza de voluntad para
proteger a todos los seres queridos y tomar sus propias decisiones-.
Zor-El alzó la niña y manifestó
sonriente.
-Así será. Hija mía, a ti te
llamaremos Kara-.
El tiempo pasó, se hicieron
adecuaciones en el manejo del tiempo en Argos City para que sean similares al uso
de horario de la Tierra. Las niñas y los niños de Argos City entraban a recibir
enseñanza general y elemental.
Kara era una de ellos, con 7
años de edad llegaba tarde a las enseñanzas en varias ocasiones, por ese motivo,
tuvo un nivel de conocimiento bajo, de ahí que, siempre se distrae por
cualquier cosa que miraba, más, si son cosas raras creadas por Zaltar para que
se vea bien llamativa la ciudad.
La maestra de trigonometría hexadimensional
llamó la atención a Kara:
-Kara, ¿por qué tienes que
distraerte de nuevo? Me preocupa que llegues tarde– preguntó preocupada la
maestra.
-Perdón maestra, estoy
sorprendida por las figuras y objetos que crea Zaltar– contestó apenada Kara.
-Pero Kara, si sigues así,
no podrás desarrollar tu capacidad intelectual ni desarrollarás tu madurez–
advirtió la maestra.
-No se preocupe maestra, me
comprometo a ser más dedicada en mis conocimientos– Kara se comprometió.
Horas después de terminada
la enseñanza, Kara fue a ver a Zaltar, quien estaba creando una enorme
escultura con una vara especial para crear objetos; ella como cualquier niña
inocente, echó un vistazo y preguntó sorprendida.
-¿Qué es lo que estás creando
Zaltar?-.
-¡Un árbol!– reveló
exclamando Zaltar.
-¿Un árbol? Muy raro…- comentó
Kara, mirando la figura de arriba hacia abajo.
-¿No sabes qué es un árbol?–
cuestionó extrañado Zaltar.
-No, ¿qué es?– contra
preguntó Kara.
-El árbol es un ser viviente
del planeta Tierra, es parte de un reino natural denominado reino vegetal…-
cuando Zaltar explicaba, a Kara le recordó algo.
-Perdón Zaltar, pero ¿no es
el mismo planeta en donde vive mi primo Kal-El?-.
-¡Exacto!– expresó sonriente
Zaltar.
-Y… si el árbol es un ser
viviente, ¿cómo va a estar viva acá?– la inquietud de la hermosa niña sirvió
para que Zaltar mostrara el Omegahedron. Al verla Kara se inquietó, por lo
tanto sabía qué era. -Zaltar, ¿cómo conseguiste el Omegahedron? ¿Acaso lo
robaste a espalda de los Guardianes?-.
-No, para nada, pedí
prestado el Omegahedron a los Guardianes, solamente para cobrar vida a éste
árbol– desmintió Zaltar.
-¿Entonces el Omegahedron
cobra vida a todo objeto?– siguió indagando Kara.
-Bueno, esta fuerza
energética no cobra vida a cualquier objeto, por eso todo es una ilusión–
respondió Zaltar.
Él tomó la vara, lo acercó
cuidadosamente al Omegahedron y recibió suficiente energía en forma de esfera en
el momento de resplandecer.
-Para que inspire…- recitó
concentrado Zaltar.
Kara repitió la frase,
viendo que Zaltar acercaba cuidadosamente la vara hacia la figura, del cual, destelló
totalmente y cobró algo de vida.
-Qué bello…- exclamó asombrada
Kara, a quien le surgió otra cuestión: -¿Es difícil viajar hacia el Planeta
Tierra?-.
-¿No has aprendido de manera
exacta sobre la trigonometría hexadimensional de los planetas y espacios?–
Zaltar inquirió extrañado, Kara lo pensó y como no tenía idea, Zaltar explicó:
-Mira, estamos en el Espacio Interior, el Planeta Tierra está en el Espacio
Exterior, viajar desde cualquier planeta hacia la Tierra es de manera fácil y
rápida, de ese modo, la distancia está medida en años-luz; sin embargo, desde
el Espacio Interior es más complejo y difícil llegar hacia cualquier planeta, aunque,
tengo algo que podrá funcionar en llegar a la Tierra-.
-¿Cuál es?– curioseó Kara.
-Es una nave, la llamaré
cápsula binaria, sobre ella tengo varios análisis de diseño y formas de
manejar; todos ellos registrados en una base de datos compiladas en uno de los
cristales, solamente, me falta construir la nave y experimentar su velocidad y
resistencia. Con ella, ¡podré llegar a la Tierra en menos tiempo que una nave
en el espacio exterior!-.
Cuando Zaltar continuaba
explicando, Allura los distinguió acerándose hacia ellos, mientras, Kara continuaba
con su inquietud.
-Pero es riesgoso ir sin
saber de lo que puede pasar-.
-¡Con esta nave, llegaré
como un rayo!– Alegó Zaltar –además, llegaré sano y salvo, no tendré
inconvenientes-.
-¿Y cómo podrás regresar
hasta acá, desde allá…?– en el momento en que Kara preguntaba, Allura llamó a
voz alta.
-¡Kara! ¿Dónde estás?-.
Kara se volteó y miró a su
madre.
-¡Aquí estoy, con Zaltar!–
respondió Kara, levantando su mano.
Allura se acercó hacia Kara,
la abrazó e indagó con tierno tono.
-¿Por dónde andabas hija?, pensé
que regresarías temprano después de las clases-.
-Tranquila Allura…-
interrumpió Zaltar, mostrando su sonriente rostro – Kara está bien, conmigo,
solamente vino por curiosear, ya que estoy mostrando milagros–.
A la vez, pidió a Kara que mostrara
su antebrazo izquierdo, ella lo hizo y con la vara, Zaltar creó una bonita
pulsera de cristal en la muñeca de la mano izquierda; luego prestó la vara.
-Tome firmemente la vara, apriétala
y vaya creando sus propios objetos, que no sean tan grandes ¿eh?- indicó Zaltar.
Al entregar la vara, Kara se
alegró, presionó la vara y corrió hacia el rincón de la ciudad.
-¡No te alejes y prueba tu
propia imaginación, inténtalo!– solicitó Zaltar con voz alta.
Cuando Kara estaba en aquel
rincón, Allura habló con Zaltar.
-¿Es cierto que tienes
planeado salir de acá?-.
-Si…- contestó Zaltar.
-¿Por qué? Si bien sabes que
nos ayudaste con la protección de esta ciudad, además, te ofrecieron para que formaras
parte del Concejo – instó Allura.
-Allura, soy un viajero de
otros mundos, es difícil estar tanto tiempo sedentario; como cualquier ser,
tengo mis propias decisiones, mis errores y mis problemas – confesó Zaltar.
-Pero nosotros te
reconocemos como un ser sabio y protector…-.
Mientras Allura y Zaltar seguían
conversando, Kara por su parte creó una figura muy rara, era un mosquito
mediano y puntiagudo.
Para que Allura no se
enterara del Omegahedron, Zaltar metió de manera cuidadosa la fuerza energética
por atrás, lo detuvo con su pie derecho y con el talón de aquel pie, lo golpeó
para que rodara hacia el rincón, donde estaba Kara, sentada y concentrada en
realizar su figura.
Al terminar la figura,
sintió que le llegaba un objeto esférico, se volteó y se asombró que era el
Omegahedron; pensó en devolverlo a Zaltar, pero decidió usarlo para dar vida a
su figura. Cogió la vara, la acercó lentamente al Omegahedron para que
absorbiera algo de energía, luego aplicó a la figura, tocando sus alas.
Poco a poco la figura cobró
vida, moviendo sus alas para empezar a volar, dando varios giros alrededor de
una Kara contenta, no obstante, esa alegría duró poco, de modo que el mosquito fue
directamente hacia una de las múltiples ventanas-muro de la ciudad, como voló
más rápido, chocó contra la ventana y la rompió.
El choque ocasionó una
fuerte succión de aire desde el Espacio Interior, alarmando a todos los habitantes
de Argos City, entre ellos Allura y Zaltar, quienes asustados corrieron hacia
Kara.
-¡Kara, la fuerza
energética!– el grito de Zaltar era tardío.
El Omegahedron era
succionado, pasando al Espacio Interior sin rumbo; Kara estaba asustada, como
no se apoyó en algo, también fue succionada por el agujero.
-¡Auxiliooo! ¡AAAHHH!
¡Ayúdameee!– gritó Kara, llorando amargamente, agarrando con dificultad en uno
de los marcos del muro.
Afortunadamente, Zor-El
llegó a tiempo para socorrer a su hija del desperfecto y la llevó a los brazos
de Allura; al mismo tiempo, Zaltar cogió la vara y reparó el daño.
-¿Qué pasó Kara? ¿Estás
bien?– examinó Allura, tranquilizando a su hija.
-Madre… perdóname… cuando
estaba creando mi figura, encontré el Omegahedron que estaba en el piso y lo
usé para hacer volar; éste dio vueltas y de repente rompió el muro de vidrio…- expuso
sollozando Kara.
-¿Y el Omegahedron?– indagó
preocupado Zor-El.
-Desapareció, succionado
hacia el Espacio Interior– reconoció resignado Zaltar.
-No puedo creer que usted haya
robado el Omegahedron– señaló enfurecido Zor-El.
-El Omegahedron no lo robé,
solo pedí prestado– alegó disgustado Zaltar.
-¡AH!– profirió enérgico
Zor-El – ¡Además de ladrón, mentiroso!-.
-¡Basta!– interrumpió lloriqueando
Kara –Por favor no peleen, yo tengo la culpa de usar el Omegahedron como una
ignorante-.
-¿Y ahora, qué va a pasar
con la ciudad sin el Omegahedron?– preguntó Allura angustiada, teniendo a Kara
en sus brazos.
-Por ahora no pasará nada– indicó
un poco sereno Zaltar – pero en los siguientes años, la ciudad perderá energía;
cuando se agote, todos morirán– la oración dejó preocupados a todos los
habitantes de Argos City.
-¿Y cómo podemos encontrar
el Omegahedron?– preguntó sollozando Kara.
-Pequeña, la única forma es
buscarlo en el Espacio Interior y tal vez en el Espacio Exterior– contestó
Zaltar.
-¡Imposible!– Interrumpió
Zor-El –No podemos salir de esta ciudad, ¿cómo podrás encontrar y traer de
regreso a esta ciudad?-.
-Es posible que cuando tenga
lista la cápsula binaria, podré buscar y encontrar el Omegahedron– propuso
Zaltar –además, la pulsera que di a Kara será buena herramienta para detectarlo-.
-En ese caso, usted no va a
buscar el Omegahedron, porque estás arrestado– indicó Zor-El en tono seco
.
-Si es así– expresó Zaltar –entonces
aceptaré mi arresto y mi prisión en la Zona Fantasma-.
-No quiero que te vayas…- volvió
a llorar Kara, Zaltar la tranquilizó.
-No llores mi niña…– luego
se dirigió a los demás –estoy seguro que ustedes van a sufrir dentro de algunos
años, pero mi sufrimiento será de por vida a partir de este momento-.
Los guardianes arrestaron a
Zaltar y lo llevaron hacia un cuarto cerrado impenetrable.
Al día siguiente, antes de
ir a las enseñanzas, Kara caminó a donde estaba encerrado Zaltar.
-Perdóname Zaltar…– dijo
triste Kara –por lo que cometí–.
-No es necesario que pidas
perdón mi niña– respondió Zaltar en tono dulce – estoy seguro que la fuerza
energética no está lejos, es posible que podría llegar al Planeta Tierra, solo
espero que ningún ser vivo de aquel planeta lo toque, porque si lo hace, la
maldad dominará sobre el juicio de aquel ser para dominar o destruir dicho
planeta-.
-Tengo que impedir– expresó resuelta
Kara.
-¿Cómo lo impedirás?– Cuestionó
Zaltar –si aún eres una niña y no tienes la suficiente madurez ni la suficiente
sabiduría de un adulto para tomar esa clase de decisión– Kara no sabía qué
hacer, quería buscar el Omegahedron, a pesar de eso Zaltar tuvo razón.
-Zaltar, te prometo que
cuando madure y tenga sabiduría, buscaré y encontraré el Omegahedron, lo haré cueste
lo que me cueste– prometió Kara.
-Kara… - indicó cariñoso
Zaltar – si quieres cumplir con lo que prometes, deberás cumplir, eso sí, tienes
que cuidarte mucho cuando seas más grande. Si vas a La Tierra, experimentarás
lo mismo que está experimentando tu primo, porque la densidad molecular de la
atmósfera del sol amarillo te hará ser más fuerte, más rápida, podrás volar,
tendrás grandes poderes usando todos tus sentidos, aunque deberás ser
inteligente y responsable en tomar tus propias decisiones–.
-¿Algún día volveré a verte?–
preguntó Kara.
-Quién sabe…- respondió
pensativo Zaltar –pero estaré apoyándote en lo que harás, de todo corazón-.
Esa fue la última vez que
Kara habló con Zaltar en Argos City. Tiempo después Zaltar era llevado a la
Zona Fantasma, donde permaneció el resto de su vida.
El tiempo fue pasando,
cuando Kara más crecía, más se hacía hermosa; era más inteligente, destacada
entre los jóvenes de Argos City por sus conocimientos y por su dedicación; a
pesar de que aún mostraba su distracción y torpeza, se sintió madura cuando cumplió
sus 15 años.
En eso entonces, Kal-El comenzó
a trabajar como periodista, mostrando una falsa identidad como Clark Kent; sin
embargo, cuando se convertía en superhéroe, era conocido por los humanos como
Superman, realizando sus aventuras y hazañas para proteger a la humanidad y al
planeta. Todos esos acontecimientos fueron vistos por Kara desde Argos City,
quien estaba entusiasmada en querer conocer a su primo y compartir la misma
misión que él hacía.
En ese momento, la ciudad
cada vez perdía más energía por consecuencia de la ausencia del Omegahedron, la
situación era más grave de lo que todos se imaginaban. Por consiguiente, el
Concejo convocó de carácter urgente una reunión para definir soluciones ante el
grave problema que estaba pasando.
Entre quienes asistieron a
la reunión, estaban los padres de Kara. La discusión se hizo más tensa en aquella
reunión, por el motivo que no llegaba a un acuerdo para dar medida a la
situación. Zor-El estaba indeciso sobre la propuesta de la Cápsula Binaria,
puesto que él mismo la construyó, siguiendo las instrucciones y parámetros de
los datos que dejó Zaltar en el cristal, realizando pruebas de resistencia y de
velocidad con la nave.
-Zor-El– dijo Allura cuando él
aún pensaba de esa posible solución –es mejor que expongas a todos, antes que
ellos tomen la decisión sobre la ciudad-.
Zor-El se mostraba
indispuesto y pensativo, pero al echar un vistazo a una Allura sonriente para
generar confianza, se armó de valor, pidió la palabra y se dirigió ante todo el
Concejo.
-Señores, sugiero que es
momento de enviar a alguien de esta ciudad para buscar el Omegahedron, si esa
fuerza energética está en la Tierra, tendremos que pedir ayuda a Kal-El para
que nos ayude en la búsqueda-.
-¿Se puede saber cómo vamos
a enviar a uno de nosotros para allá?– interrogó sensato uno de los integrantes
del Concejo.
-En el proyecto que dejó Zaltar,
saqué los datos para construir una nave, con ella hice experimentos y soy
optimista que funcionará– la respuesta de Zor-El generó gran discusión en todo
el Concejo.
-Pero usted decía que es
difícil salir de esta ciudad– debatió otro de los concejeros.
-Analizando sobre la nave,
es posible realizar el viaje– confesó seguro Zor-El.
-Si es así como planteas,
¿quién va a ir en ella? ¿Usted Zor-El? – puso en tela de juicio otro integrante
del Concejo.
-Zor-El no va, pero sí
nuestra hija Kara– impugnó Allura, evitando a lo que iba expresar Zor-El.
-¿Cómo vas a sugerir a
nuestra hija?– inquirió extrañado Zor-El a Allura.
-Porque ella me confesó que
prometió a Zaltar en buscar el Omegahedron, está totalmente dispuesta y tiene
suficiente madurez para asumir esta responsabilidad– apuntó austeramente Allura.
-¿Es cierto lo que insinúa,
Zor-El?– preguntó otro de los concejeros, Zor-El discutió en voz baja con Allura.
-Si sugieres a nuestra hija,
no podrá solucionar con esto-.
-Confía en mí, estoy segura
que todo saldrá bien– alegó Allura con tranquilidad.
Zor-El dio un gesto de
aceptación ante todo el Concejo, ellos comenzaron en analizar la propuesta y al
terminar deliberaron.
-Zor-El, su idea será
aceptada, siempre y cuando su hija se entere y tome la decisión ante esta
misión, si es así, prepare y condicione la nave para que ella viaja–.
De inmediato, Allura salió
corriendo a donde estaba Kara, quien veía en uno de los vidrios de cristal lo
que hacía Kal-El en la Tierra.
-Kara, es importante que me
acompañes– avisó Allura.
-¿Para qué madre?– indagó
Kara.
Kara/Supergirl, basado del personaje de la Androide 18 de Dragon Ball Z (de Akira Toriyama), hecha por Juan Carlos Quenguan. |
-Para que tomes una
decisión, del cual has querido prometer– indicó Allura.
Kara aceptó y fue con Allura
directamente al Concejo; allá se encontró con Zor-El para que los tres caminaron
al centro de la reunión.
-Kara, un paso al frente–
Kara obedeció y avanzó -¿aceptarás cumplir con la misión de encontrar el
Omegahedron y traerlo de vuelta a Argos City?-.
Kara miró a sus padres,
quienes se entrelazaron sus manos para mostrar confianza, luego tomó un respiro
y respondió de frente.
-Acepto la misión-.
-Entonces su misión empieza
ahora, vaya a la nave que construyó su padre, el futuro de nuestra ciudad está
en sus manos-.
Tras la decisión unánime del
Concejo, Kara tomó otro respiro, se dirigió a sus padres y los abrazó.
-Gracias por confiarme, no
los decepcionaré y regresaré lo más pronto posible con el Omegahedron hasta acá–
agradeció Kara de manera alegre.
-Kara– aconsejó Zor-El –la
pulsera que traes te servirá para sentir la energía del Omegahedron, además,
con esa misma pulsera podrás comunicar con nosotros desde cualquier lugar,
nosotros estaremos pendientes de ti– y la abrazó, luego Kara abrazó a su madre.
-Hija, sé que es muy difícil
dejarnos a tu temprana edad, pero estoy segura que conseguirás lo que has prometido
a Zaltar– dijo Allura con algo de melancolía en su rostro.
-Tranquila madre– expresó
Kara – estaré bien, me cuidaré y regresaré pronto-.
Después de abrazarlos Kara caminó
hacia la nave donde se acomodó, la nave se cerró automáticamente y en seguida
despegó. Sus padres la siguieron caminando a pasos rápidos, al verlos la chica se
despidió con su mano derecha y con una bella sonrisa en sus labios.
-¡Kara, no te olvides de
nosotros!– Gritó Allura; la nave salió de la ciudad sin inconvenientes –espero
que regreses– continuó Allura, quien al lado de Zor-El, caminaron de nuevo al
Concejo.
Kara miró desde la nave si
aparecía el Omegahedron, aunque recordó algo: “Lástima que no avisé que mi
primo se fue del Planeta Tierra para una misión hacia otros planetas, a pesar
de eso, cumpliré sola en esta misión”.
Revisó su pulsera para
sentir la presencia del Omegahedron y cuando lo sintió, dirigió la nave más
allá del Espacio Interior.
Escrito
inicialmente el domingo, 3 de enero de 2010.
Editada
para el Sitio Bagatela el miércoles, 14 de abril de 2010.
Primera
corrección: miércoles, 11 de enero de 2012.
Segunda
corrección: domingo, 28 de octubre de 2012.
Tercera
corrección: jueves, 22 de mayo de 2014.
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